lunes, 14 de mayo de 2018

Corrida y FMI: Argentina en la tómbola

Corrida, fuga, disparada del dólar, caída de reservas, limosnear con el FMI.
Estrategia para justificar el shock? Golpe de mercado? Agotamiento del globoliberalismo? Efecto de las tensiones globales? Estupidez tilinga?
Las explicaciones sobre esta coyuntura se multiplican al impulso del dólar, las “respuestas” del BCRA y los mensajes cruzados de actuales y de los ya idos funcionarios.
Los operadores de la a timba financiera buscan, eso hay que dejarlo sentado, su propio beneficio. Por lo mismo, ningún análisis que vaya por el lado de “quisieron-hacer-negocio” explicaría el desastre. Entonces?
El caso es que Cambiemos convirtió a Argentina en una aspiradora mundial de dólares, lo que abrió el juego de entrar y salir de lebacs y divisas  en gran escala durante más de dos años.
Por qué lo bancó y hasta alentó el FMI? Porque se suponía que el endeudamiento era la contrapartida de la deconstrucción final del Estado populista y el disciplinamiento de nuestro pueblo.
Esa era la oferta Cambiemos a los mercados: recursos naturales y mano de obra calificada a precio de remate.
Al endeudamiento se  lo justificaba como fondos  necesarios para compensar las turbulencias sociales y políticas que se produjeran durante esa transformación.
Pues bien, falló. Antes que en la economía, en el terreno de la politica: los miembros del gobierno hicieron desde el comienzo sus propios negocios usando una exposición descarada para desalentar oposiciones, la sociedad no reculó en la defensa de sus derechos tanto como el resultado electoral de 2015 le hizo soñar a los “estrategas” del oficialismo, el peronismo no se desarticuló lo suficiente, Cristina no pasó a la vitrina de los trastos dados de baja, como mostró su buena elección de 2017. Agreguemos que sin ese recule popular es inútil esperar grandes inversiones extranjeras en áreas productivas de largo plazo, habida cuenta de la siempre presente espada de Damocles de una vuelta populista (es la visión de quienes pueden en el mundo hacer grandes inversiones y saben que siempre volvemos).
Graham Greene decía que lo que le fallaba al imperio y sus agencias era la consideración del factor humano.
Eso volvió a pasarle a los poderes financieros internacionales, a la oligarquía, las corporaciones locales y sus políticos de ocasión: pifiaron el diagnóstico y resultó lo actual: un plan que sólo podía pergeñarse con un pueblo derrotado y en retroceso extremo comenzó a descoserse por todos los puntos fallados.
Así que se tiran la escoba al piso y cada uno acelera a manotear una silla.
El tema es que los más concentrados, en mi opinión con anuencia del Fondo que ya hace meses entendió que estaba sosteniendo a rateritos sin talento, sacudieron la alfombra, mostraron en un par de días la fragilidad del gobierno y su política no sin concretar, de paso, un pingue negocio con las subas y bajas del dólar en combinación con la liquidación de lebacs.
Por qué el "nuevo" Fondo hace esto?
El FMI no es , si lo fue alguna vez, ningún normalizador ni estabilizador de nada, sino un promotor y ejecutor a nivel global y sobre todo de la periferia, de las políticas que requieren los centros financieros mundiales, en particular los EEUU.
Cuando el FMI posa su mirada y su garra sobre un país no va a “rescatarlo” va a aprovechar su desestructuración a fin de crear condiciones para que la nueva reestructuración la hagan los países centrales a su medida y necesidad.
(Circula por las redes un texto con consideraciones de Perón sobre el FMI. No ha perdido actualidad)
Volvamos: si esto fuera como se describe, ya podemos esperar que sea el Fondo quien nombre un ministro único y con capacidad de decisión real mediante un único ministerio que decidirá qué hacer con la asignación de recursos / distribución del ingreso (la llamada “economía”). Todo indica que Macri avanzará por el ajuste recargado, lo que precipita el devenir político de un modo brutal y deja planteadas dos alternativas en las cuales el gobierno no parece aportar racionalidad alguna.
La más satisfactoria, para el país y la democracia, que el pueblo y sus representaciones estén en condiciones de llevar, con unidad, de modo controlado y a su favor la contienda, con una transición hacia 2018 sin FMI, sin tarifazos, sin apertura importadora de lo que hacemos acá, con acuerdo para parar todo despido, con actualización salarial y jubilatoria, con el Parlamento controlando y sin represión.
La otra, que parece alimentarse desde distintas esferas de poder y que el gobierno sigue abrazando, es promover que todo desbarranque a una confrontación sin límites precisos, sin adversarios claros, sin control y con destino incierto.
Son días en que toda decisión es trascendente.

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