A diario, tanto
los medios que actúan como usina del gobierno como los medios que juegan la
propia y aquellos que tratan de llegar a la verdad e informar al pueblo,
dedican horas a una causa armada con papeles inaccesibles, fotocopias dudosas,
declaraciones esquivas, arrepentimientos que culpan, culpables que pasan a la
inocencia con sólo acusar a otros de cosas que ellos “no tuvieron más remedio”
que hacer.
Cada día, la
sucesión de entradas, salidas y encausados que muestra Comodoro Py se asemeja
más al circo de Intratables, un programa de anticipación que no supimos
comprender en su momento y hoy la vida cotidiana convierte en pasado.
Como si
sucediera en otra dimensión, nuestro país avanza hacia la quiebra, un velo de
impericia similar al que se le supone a las maniobras de Bonadío parece trastornar
a quienes deciden qué hacer con el dólar, las importaciones, el empleo, la
producción, la supervivencia misma de nuestra existencia como Nación.
Tal vez la
figura no alcance, pero es lo que tengo a mano: es como mirar a un ómnibus que
se dirige directo y a toda velocidad a estrellarse contra un edificio y buscar
la explicación del suceso por quien va vendiendo biromes y no por quien
conduce.
Que Macri
sea un estúpido, Caputo un lavador, Dujovne el alcahuete de algún fondo buitre,
que Quintana se quiera quedar con todo el negocio de medicamentos del país o
todos sean un grupo de ladrones de alta monta no explica la situación que se ha
disparado en Argentina, es la superficie rugosa de la tormenta desatada en otro
nivel.
¿De dónde
saca poder un asesino por la espalda, argumentador de solapas de libro y juez
venal como Bonadío? ¿Quién tiene las espaldas suficientes para jugarle de igual
a igual al Banco Central en el tira y afloje por la cotización del dólar, los
subes y bajas que van y vienen a cada renovación de lebacs? ¿Quién puede embarcar
al FMI a tirar guita en apoyo a un gobierno que huele a cadáver sin que nadie
atine a cerrar la canilla? ¿A quién le sirve que nuestra sociedad se encamine a
un espiral de deterioro institucional, violencia y disolución sólo controlable
a sangre y fuego? ¿Quién incluso se beneficiaría de llevarnos a una situación
como aquella de las guarimbas en Venezuela? Situación, recordemos, con la que
nos querían asustar hace unos meses y hoy, a la vista de cada medida de
gobierno parece más cercana.
Algo ha
sucedido en nuestro continente y es hora de que si no se ha percibido se tenga
en cuenta y si no se ha mensurado en todo su valor se lo haga: los EEUU
reestablecidos como policía de la mayor parte del mundo, con el control de todo
el acceso a energía de que fueron capaces vía OTAN + ISIS + “primavera” árabe,
etc., dotados de un gobierno dispuesto a priorizar el interés interno como hace
años no se veía, embarcados en una dura guerra comercial con los otros polos de
poder mundial, han vuelto la mirada hacia lo que consideran su patio trasero y
emprenden una lógica acción geopolítica: van por el dominio pleno del
continente de modo de sustentar en cualquier mesa de negociación o en cualquier
confrontación de otro tipo nuestra ubicación estratégica, nuestras riquezas
actuales y por venir como un recurso propio.
Y lo hace de
modo integral, como corresponde a un imperio. Donde sea posible, vía compra de
voluntades y bienes a precio vil, donde sea necesario, desestabilización, donde
no alcance, balas. En todas partes, sacudidas económicas y salvatajes que
devienen en apropiación de lo útil y desguace de lo que no les sirve o confronta.
En todos los casos, también ocupación directa vía corporaciones, asesorías y
bases.
Yendo a nuestra
situación como país, es preciso diferenciar, replantearnos viejas afirmaciones,
reconocer lo nuevo: los EEUU logran por
primera vez en nuestra historia manejar de modo directo, casi sin
intermediarios, los hilos de nuestra vida política y económica mientras avanzan
a redefinir nuestra sociedad toda y con ella nuestra soberanía y democracia.
Nada de lo
que nos sucede hoy puede ser simplificado o explicado por fuera de una estrategia
con la que, o confrontamos con ella o nos lleva puestos.
El macrismo
nos ha llevado al borde de la bancarrota tal vez con algo de impericia, pero
con mucho de eficacia si se piensa desde la estrategia de los EEUU. Ya se
vislumbra la dolarización como salida final y grillete eterno con sus intereses.
En la
coyuntura, algunos sectores empresarios fueron buscando su preservación sea por
la vía de especular, vaciar o fugar divisas, sea por la vía de tomar distancia
de un gobierno que ven en retirada.
La disparada
de los cuadernos viene a reinstalar algo de disciplina en el bloque de poder
interno mientras la crisis sigue su curso y avanza a llevarnos puestos a todos.
Pero: ¿de quién viene esa movida?
Suponer
que los cuadernos son sólo una jugada de Macri sería no considerar el poder
del empresariado afectado. Macri no es un primus
inter pares. Ni la banda presidencial lo pone a la altura de los Roca, los
Roggio, Cartellone y el resto de los que amplían la lista de Comodoro Py.
¿A quién
beneficia hoy abrir más frentes de crisis ante una crisis casi terminal?
Vale recordar
que Brasil, por ejemplo, está en
recesión desde que empezó el lavajato
y retrocede su presencia económica en todo el mundo gracias a una estrategia
similar de su “justicia" local.
Ya lo
anticipamos: los EEUU se instalan como nunca en nuestro país a decidir y
apropiar espacios de negocios que el macrismo ha llevado a remate.
Por
primera vez el imperio no tendrá que pasar por la caja del empresariado
agrario, industrial y financiero. Ahora avanza a instalar bases, incluirnos
en la guerra mundial económica, “antinarco” a veces, “antiterrorista” otras,
para por fin convertirnos en un semi virreinato.
Macri, desde
la llamada al FMI hasta los cuadernos transita de miembro mediano de los
dueños del país a lumpen burgués manejado desde la embajada de EEUU.
Si hay
dudas, basta revisar las declaraciones del nuevo embajador de los EEUU:
" (voy a trabajar)
con los abogados y jueces de la Argentina para mejorar el sistema judicial y
fortalecer la confianza de la gente en el sistema judicial". La estrategia de guerra jurídica (lawfare)
es el corazón de la ocupación estadounidense en aquello que considera su
patio trasero.
Tanto si
nos detenemos en la denuncia de algunos escritos a mano en improbables
cuadernos como si seguimos enumerando los males que el macrismo viene
acumulando en contra del pueblo vamos por caminos de derrota.
Cada
denuncia aumenta las dudas de nuestra gente respecto a la política toda,
deteriora instituciones que si bien no nos benefician lo suficiente son
irreemplazables hasta tanto otra representación política acceda al gobierno y
pueda iniciar la dura tarea de reparar el daño social, productivo y soberano
producido por Cambiemos a las vez que reconstruir nuestro Estado para hacerlo
más afín a los intereses del pueblo.
Esta
mañana recordábamos al Nono Frondizi en el que fuera quizás su lugar en el
mundo más propio, los Talleres Protegidos, a propósito de descubrir una placa
en su homenaje. Una frase del Nono resaltó entre los discursos: "No importa el
color de la bandera. Mientras no sea amarilla VENITE".
Ese es el espíritu, esa es la empresa, unir a quienes el
macrismo está destruyendo y avanzar todas y todos camino a la victoria.
Lo que
nuestra sociedad necesita ante tanto embate en su contra es justamente la
señal de que ese otro Estado, ese otro país es posible y estamos encaminados
a retomarlo en 2019.
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