jueves, 10 de agosto de 2017

QUEREMOS A SANTIAGO VIVO, LIBRE Y ENTRE NOSOTROS

La desaparición forzada de Santiago Maldonado demarca una nueva fase en la represión ilegal del gobierno.
A diferencia del secuestro de Julio López, hay una comprobada autoría de la gendarmería en la supresión de su libertad el marco de un ataque a la comunidad mapuche. 

Se agregan a ello las desmentidas y "operaciones antiterroristas" de la Ministra de Seguridad Bulrich, las amenazas de otros funcionarios y la acusación infundada de terrorismo. Desde diversas usinas del gobierno se reactivan referencias a un mítico movimiento separatista originario. 
La Sociedad Rural hurga en sus papeles de ciento cincuenta años atrás para recrear con todo racismo un clima de amenaza Mapuche y justificar en un comunicado el acoso con que se viene complementando la entrega de tierras de la comunidad a terratenientes extranjeros y emprendimientos inmobiliarios. 
Completa el cuadro Lanata, que menea como  amenaza un inexistente grupo guerrillero para seguir jugando el papel del Gelblung de este gobierno.
Si en el pasado se necesitaron décadas para construir paso a paso la justificación y discurso del Genocidio de Estado, con la desaparición forzada de Santiago parece que se quisieran recorrer los mismos pasos en días.
Este martes pasado, la conferencia de prensa citada por organismos de Derechos humanos para reclamar la aparición de Santiago, sólo tuvo dos minutos de cobertura por parte de C5N. El resto de los canales desplegó otros temas, todos distractivos respecto a este retorno a cuarenta años atrás, como bien lo calificaran Tati Almeida y Estela de Carlotto. 

Nuevamente las agencias internacionales de Derechos Humanos se ocupan de Argentina, ya no por nuestros vances, sino por hechos que marcan el retroceso de este último año y medio.
Ya no sólo hay desaparecidos en democracia, ahora se manifiesta un dispositivo gubernamental- mediático de protección al secuestro de Estado.
No hay un solo funcionario ni político que pueda pretenderse neutral frente a esta situación. 

O se reclama por la aparición con vida y restitución inmediata de la libertad a Santiago y castigo a quienes lo privaron de la misma o se colabora con su secuestro desde el silencio.

QUEREMOS A SANTIAGO VIVO, LIBRE Y ENTRE NOSOTROS

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