lunes, 20 de febrero de 2012

Minería: la no soberanía del NO

“Lo peor es que es una lucha de pobres contra miserables”. Germán Abdala

CREIA que la discusión sobre la producción minera podría encauzarse por un curso que contemple salud de la población, el desarrollo integral, autónomo y soberano, empleo, acceso a nuevas tecnologías, gestión social del control de medio ambiente. Ahora sigo creyendo pero es por el gobierno que tenemos, no por los interlocutores,

En el programa del lunes 19 de febrero “Bajada de Línea” Víctor Hugo Morales recogió ”, recogió una serie de comentarios, algunos acordes con lo que planteo. Muchos, en cambio, signados por el “NO a la minería” consideraban una traición el modo en que Víctor Hugo había abordado el tema.. Algunos afirmaban su no al cielo abierto, otros referidos a sustancias como el cianuro, otros contra el tamaño “mega” otros contra cualquier tipo de explotación ¿Cómo discutir en un marco democrático, federal en serio, si una de las partes sólo dice NO? Nadie dice, por ej., de dónde vamos a traer el oro, el cobre, el litio y el resto de los elementos que necesita cualquier país para arrimarse a un desarrollo tecnológico medianamente moderno.
¿Cómo discutir en un marco democrático, federal en serio, si una de las partes miente, como en el caso de la FALSA prohibición del cianuro en Europa
? (gracias Vero Roatta) Se cuestiona que se extraiga tal o cual mineral pero se lo usa de mil maneras sin reparar en el costo que implica importarlo. Se denuncian filtraciones en el traslado de rocas con agua pero no se propone hacer todo el proceso en el lugar. Se denuncia el uso de agua y no se dice que la mayor parte es reciclada una y otra vez.
Tampoco es fácil discutir si enfrente hay quienes a todo cuestionamiento lo ven como una segunda intención contra el gobierno sin entender que nada de lo que perjudique grandes intereses se va a resolver sin lucha, sin reclamo.
No se percibe, además, que no estamos confrontando con la oligarquiá ganadera, ni con los desmontadores sojeros ni los pools, sino con pueblo como nosotros, sectores necesarios para la continuidad del proyecto kirchnerista e incluso necesarios para tener real capacidad de negociación con las megamineras.
Pero a diferencia del sector "NO", quienes sostenemos desarrollo con participaciòn popular y calidad de vida y medio ambiente, tenemos un gobierno con clara posición junto a los más humildes, no sólo para invocarlos sino para preocuparse por sus derechos. La convocatoria de la presidente a discutir el tema contrasta con la de aquellos que ahora descubren que “todo contamina” y deducen que los trabajadores y pobladores deberían bancarse los efectos del desarrollo. O los que toman como referencia a la minera, como si fuera una cuestión moral y no una cuestión de negocios en la que del lado de la minera está la maximización de la ganancia y del lado del Estado debe estar la maximización del beneficio a la sociedad. Pierden de vista que el kirchnerismo no es desarrollismo a secas, sino un intento de construir un mejor país con y para todo el pueblo.

Volviendo al NO, no hablamos de los pobladores involucrados, pues en esta discusión son minoría. Salvo cuando se expresaron en las últimas elecciones. Este tema, el pronunciamiento electoral, a los partidarios del NO tampoco les interesó o piensan -sin decirlo- que la gente votó a ciegas. No les interesa, aunque el voto sea la forma de decisión que venimos convalidando para convivir hace 29 años, tras el genocidio. Incluso en este aspecto tenemos perlas como que se culpe de las leyes menemistas y su convalidación aliancista al gobierno que está desmantelando aquel andamiaje neoliberal. O que una gobernadora que lleva dos meses de gestión se la haga responsable de los acuerdos que hicieron los gobiernos previos.
No me hago el distraído con las policías apaleadoras -no hay ninguna excusa válida- tienen que recibir todo el peso de la justicia, un castigo que no omita quitarles el uniforme para hacer que la vida en esas provincias sea un poco más segura. Pero en muchas provincias seguirán ejerciendo esa función hasta que el gobierno nacional tome en sus manos el problema y produzca una suerte de acuerdo nacional de NO represión a la protesta social. Seguir con el argumento de la potestad local ilimitada sobre la represión es minar –valga el uso del término- una de las grandes gestas de este gobierno.
Sobran mecanismos para que el Estado nacional acceda a este acuerdo por consenso y es imperativo que se haga porque cada hecho apaleador –cuando no francamente asesino, como ocurrió con Fuentealba o los Qom- nos coloca más lejos de resolver este problema, más cerca de una tragedia.
Eso sí, uno se pregunta por qué los mismos actores que aparecen por Andalgalá no van a Santiago del Estero por el asesinato de Cristian Ferreyra y van, en cambio los que respaldan la gestión del gobierno nacional. No digo ausencia del fogoneador Bazán, que va allí donde Magnetto ve la posibilidad de agudizar una contradicción, sino a las agrupaciones y movimientos que se van proyectando desde Gualeguaychú. ¿Los crímenes de los desmontadores sojeros o los narcos de la frontera no están ligados a cuestiones ambientales tales como la desertización, la contaminación y la consolidación de sectores depredadores por esencia?
Así las cosas, me conformo con discutir y buscar consenso con quienes tienen en cuenta que no sólo hay que controlar la minería, sino los efectos de todas las actividades económica en nuestro país.
Es sabido que la sobreposición de la corruptela dictatorial y menemista, la crisis y la necesidad de recuperar actividad económica para salir de ella, han generado un desfasaje entre el desarrollo por un lado y la gestión supervisora de control por parte del Estado y la comunidad. Se ve, por ejemplo en la revisión que el gobierno va haciendo de los subsidios. Si esto es más fácil de resolver ya que refiere a cuánto se factura y cuánto se gana, más difícil resulta controlar si se produce de acuerdo a normas sanitarias y ambientales.
De esto se desprende que hay que avanzar por la normalización de toda la producción atento a una mejor calidad de vida de la población. Por ej. Glifosato y otros herbicidas en el cultivo de soja y otros; exposición de los trabajadores rurales a vinchuca y otros riesgos por alojamiento en condiciones infrahumanas; peligro de todo un acuífero por el endicamiento privado del arrocero Aranda en los Esteros. Los pibes "marcadores" y los vecinos a los campos sojeros que resultan fumigados. Mercurio, cromo, arsénico, cadmio, nitratos y nitrito
en las curtiembres, soda cáustica y otros en lácteos y chacinados, asbestos en aislantes y cementos, cianuro en textiles, plásticos y acrílicos, dióxido y azufre en transporte público y “la explosión” del automóvil y la moto propia en grandes ciudades, usinas térmicas, etc. Y hay que hacerlo, porque es obligación de todo gobierno y estado, porque es obligación de todo quien propugna una vida mejor y porque las consecuencias de un proceso nocivo son siempre más costosas, en términos humanos y económicos, que lo que puede costar prevenirlas.
El tema central es si queremos avanzar a mejorar las condiciones de vida del pueblo por la vía del desarrollo sustentable, autónomo e integrado o nos limitaremos a producir lo que nos dejen los proveedores externos.
Si vamos por la segunda vía olvidémonos de terminar con la pobreza. El pueblo argentino, los pueblos americanos, no tenemos ni tendremos en años capacidad de disputa como para expropiar lisa y llanamente al gran Capital y repartir la riqueza, si un proceso así fuera posible. Estamos avanzando a una mejor distribución del ingreso, pero los pobres, su pobreza, las soluciones a producir son hoy, no en un futuro mediato.
No hablamos sólo de justicia social y economía, hablamos de nuestra soberanía como pàís, es impensable avanzar en nuestra independencia e integración regional si trabamos la base de cualquier desarrollo industrial propio: la producción de nuestros propios insumos industriales.
Si queremos lo primero, es decir, mejorar las condiciones de vida del pueblo con desarrollo, necesitamos producir las materias primas NOSOTROS, planificar la producción sabiendo que tenemos con qué producir (Un ejemplo: la producción de barcos para Venezuela retrasada años al ritmo de la provisión brasileña de chapa para barco. Queremos ser punta en energías alternativas, pero tenemos que comprar las pilas afuera porque el litio se va sin que las hagamos aquí.
Traducido al tema minero, ESTO, EN ALGUNOS CASOS ES MINERÍA A CIELO ABIERTO y casi siempre megaminería. No tiene por qué ser como fue hasta ahora. Se puede y se necesita crear una minera estatal, que se asocie con capacidad de decisión con los proyectos mineros privados y de estados vecinos que reduzcan riesgos al mínimo, que se constituyan organismos de control social y mixtos (gobierno nacional, gobiernos provinciales, organizaciones sociales) de los procesos. Pero sobre todo que se industrialice el mineral en la zona de extracción. Porque la peor enfermedad que deja la minería puramente extractiva es aculturación, sociedades divididas y marcadas por el desempleo y el despoblamiento.
La experiencia histórica es aleccionadora, cuando se hace posible un avance en la producción de riqueza no hay nada que pueda detenerlo en el mediano plazo. Y en el corto plazo sólo se puede trabar su desarrollo con alto costo social e institucional. Es lo que nos está pasando con el monocultivo, por ej. Y ahora con la megaminería. La solución, tanto para el gobierno nacional, los gobiernos locales , como para las asociaciones y movimientos, no es prohibir lo que la misma sociedad no permitirá que se prohíba, sino encontrar una solución que integre dicho avance a un proceso productivo sustentable, beneficioso para el conjunto y pasible de ser controlado.
Si vamos por esta vía, lo que se haya luchado con buena fe hasta acá será productivo y estaremos en buena posición para avanzar a convenios más ventajosos para el país y para los pobladores de zonas mineras.
En cambio, si sólo hablamos de la contaminación y frenamos el desarrollo minero sin propuestas que garanticen la explotación, contribuimos a que los pobladores locales se enfrenten entre sí. Y a que la mayoría –acuciada por la necesidad de empleo- deba ir al pie de las mineras sin poner ninguna condición. Y esto llevaría a un solo final: cuando mejoren los procesos que hoy no se hacen bien, nos encontraremos que el mineral se sigue yendo y a nosotros nos sigue llegando en forma de productos chinos
Por una minería nuestra, limpia y con industrialización en zona de extracción
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martes, 14 de febrero de 2012

TODOS SOMOS HABLADOS

...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria." "Megafón o la guerra".Leopoldo Marechal

En tren de hablar de eso que llaman intelectual crítico. No me asusta SER HABLADO. TODOS SOMOS HABLADOS. Quien supone que habla por sí, que está "libre" de otros intereses y discursos, vive una ilusión.
No es así que nos es dado el lenguaje, ninguna sociedad habilita la entrada de cada uno al lenguaje para que hagamos "
la nuestra", ser exclusivos y ubicarnos por encima del resto, sino para acompañar, compartir.
Siempre hay unos y otros y otros más que hablan desde mí.
¿Entonces? ¿Marcho con el rebaño? ¿Lloro para poder mamar? ¿Repito lo que suena bien?¿Puteo contra todo?
El primer y sencillo paso es reconocer esta primer y sencilla verdad: a cada momento, a través de mis palabras y mis hechos hablará el pueblo o sus opresores. Ninguna crítica, ninguna idea escapa a este designio.
En eso radica la libertad y la crítica, en no negar la realidad de que hay bandos, en elegir de qué lado se está y hacer y decir en consecuencia.
En estos tiempos de crisis global, salvo el caso de dinosaurios como Grondona, el discurso del amo ya no se manifiesta como la totalidad que todo lo abarca y que a todo responde de manera unívoca. La burguesía no prosperó a través de seis o siete siglos por ignorar las señales que contradicen su devenir sino por adaptarse ellas.

Si todo cruje el discurso del amo será "nada es seguro", "todo es relativo", "no confíes en nada". Y si la cosa se complica "todo está mal"
El amo no deja de ser amo y ya se encargará la basura cotidiana de llevarnos por los caminos de siempre, mientras creemos que nos despojamos del individualismo y la dependencia porque ingresamos a una "comunidad" de celulares o abandonamos consignas y convicciones por “viejas” (como luchar contra la explotación, la opresión, los genocidios) o nos resignamos a salvar una plantita mientras las guerras y el hambre se llevan millones de vidas por año.

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"Se acabaron los grandes relatos" dijo Lyotard años después del Megafón de Marechal y de la derrota del mayo francés. La frase se convirtió en prinicipio hasta que Fukuyama vino a completarla con su Fin de la historia. Y le sirvio a statu quo en Europa. La socialdemocracia haciendo el trabajo de la derecha para no perder un tren que hace rato los dejó en la estación equivocada.
Pero no resultó igual en América Latina. Acá vinieron los gobiernos en disputa. Grandes gestas encaramadas sobre los hombros de la historia, la memoria popular, que es la que sostiene grandes relatos: la resistencia originaria en Bolivia, la epopeya metalúrgica elevada al PT en Brasil, el nacionalismo recluido en la suboficialidad en Venezuela, la sobrevivencia insurgente que se hace republicana en Uruguay, la Cuba de nuestro sueños jóvenes que sigue en pie frente al gigante. Y el peronismo. Nosotros.
Relatos tan densos, tan cargados de experiencia, diversidad y caos (*). compromisos que sus palabras y sus cosas reaparecen en el decir de sus enemigos: democracia, participación, rebeldía,movilización, paz, todo sirve en el discurso de los viejos grupos del privilegio cuando sienten moverse el piso bajo sus pies y prefieren construir sobre tierra arrasada antes que negociar una parte de su poder. Con la 125 entramos en esa dinámica y ya no vamos a salir por años.
Así que en estos tiempos la crítica, la libertad no sólo consisten en elegir el bando desde el que se habla: o el del amo, o el del oprimido, o el del que ya aceptó la derrota. También consisten en mantenernos en ese bando aun cuando mal usen nuestras propias palabras para cuestionarnos. Tomar al pueblo y sus señales cuando surge la duda. No porque nunca se equivoque, sino porque sólo lo que el pueblo está dispuesto a hacer es posible. A pesar del viejo David, mantener el optimismo de la militancia contra el pesimismo del que no tiene anclaje colectivo.
Uno se equivocará igual, no hay duda, pero estará aportando a construir la verdad que nos hará mejores a todos. Y cumpliendo sueños, hasta aquellos que no nos animamos a soñar.

(*) “Somos peronistas, siempre estamos en medio del pueblo y el tumulto" Cristina en la despedida a Néstor

domingo, 12 de febrero de 2012

El último spot sobre el SUBE es una agresión

Con sorpresa veo por TV el último spot sobre el SUBE : "¿Te acordás cuando te dijimos tal cosa y tal otra?", "Si te seguís durmiendo, perdiste" "¿entendiste?"¿Por qué será que los argentinos hacemos todo a último momento? "
Surgen varias preguntas, ninguna sobre la tarjeta:
- Schiavi ¿Se encarga del transporte o de juzgar la moral de la sociedad?
- El profesional que diseñó esta pieza de agresión a la sociedad que es la última comunicación sobre el SUBE ¿Cobró por hacerlo? ABC del profesional de la comunicación NO SE INFORMA AGREDIENDO AL RECEPTOR. Menos cuando es nuestro mandatario, en este caso, la ciudadanía.
Pero además
1-La secretaría de transporte no fue creada ni está para decirnos cómo somos o cómo dejamos de ser. No es en función de esa tarea que tienen el privilegio de publicar mensajes de todo tipo. Es para explicar cómo avanza -o no- el sistema de transporte y qué aprovechamieniot podemos hacer los ciudadanos de él. ? ¿No será que informaron mal y siguen haciéndolo hoy sobre las ventajas de tener SUBE?
2- ¿Pudieron distribuir millones de tarjetas en poco tiempo. ¿Y nos agreden en lugar de celebrarlo con todos mediante un mensaje positivo tipo "lo estamos logrando, si no pudiste sumarte ahora tenés hasta el x de marzo"?
3- ¿Por qué amenazar al ciudadano? ¿No se dan cuenta que si yo le digo a alguien "Ojo, sino hacés esto yo no te doy lo otro" lo estoy amenazando? A ver si lo dejo claro: parece un mensaje de Macri, no del gobierno del pueblo que encabeza Cristina,
4- Los funcionarios no están ni para juzgar a la gente ni para tratarnos como si fuéramos inferiores. Lo que uno esperaría es que saquen ese aviso y controlen que los transportes dejen de ser la peor experiencia cotidiana a que están expuestos hoy nuestros ciudadanos.
5- Empiezan el mensaje con la imagen de la presidenta. ¿Habrán percibido alguna vez la humildad con que Cristina habla con la gente cara a cara ¿por qué no hacen lo mismo?
Pónganse a la altura de la presidenta, por favor

jueves, 9 de febrero de 2012

Chau Flaco Spinetta, hacedor de sueños y reencuentros

"Los medios de comunicación son hoy como parapoliciales del periodismo" L. A. Spinetta
Tengo menos música que una orden de arresto. Así que la muerte del Flaco -Otro Flaco definitivo se nos va- me pasa más por los sentimientos que por alguna exclusividad de estilo que no alcanzo.
Difícil despegarme de los 18 años que teníamos con mi novia de aquel tiempo, cuando pudimos juntar la guita suficiente y comprar nuestro segundo long play, el primero de Almendra. Y las tardes que nos arreglábamos para llegar temprano -o tarde, a la pesca de algún momento de soledad en la casa familiar en Palomar- para que el Flaco y su gente nos desgranaran palabras mientras nos dedicábamos a gozarnos.
Pienso en otros años, cuando esas letras, una melodía, eran una forma de tocarnos tras paredes, de decir acá estoy, estoy en la de siempre, sigo. Años que no supe si Almendra, Manal y el resto seguían existiendo. Como ese día en que el yuga dejó la radio cerca de la reja -época del mundial ´78- y tras escucharse "Canción para mi muerte" el locutor dice "de la despedida de Sui generis en el Luna" y todos volvimos a confirmar -como si fuera necesario- que el mundo que dejamos ya no estaría al salir. Años que tuve que recuperar en bloque, con los casettes que me guardaron amigos para que supiera que vino Pescado, Invisible, Jade, otras bandas y otros estilos, algunos que me llegaban y otros más o menos, pero siempre buscando más. Y juntando lo que sobrevive con lo perdido, hacedor de sueños y encuentros.
Mi vida, el sexo, el amor, la política, todo irrumpe mezclado cuando me entero que murió el Flaco.
Estaba con amigos, tratamos de no dejarnos ganar por la tristeza. Pensé en su grandeza de artista, en su subjetividad explícita, su poco disfraz.
Hoy Gerardo Fernández decía en la radio que el Flaco era un frontón contra el que rebotaba toda forma de boludez, contra ese mundo de la boludez, del hacé- cualquier- cosa- total-todo está- perdido, que vino como subproducto del liberalismo.
Me permito agregar; era un frontón contra dos mundos, el de la boludez y el mundo del careteo, ese mundo complementario de los que todavía mantenían el gesto adusto, no para resistir sino para no caerse, para agarrar alguna migaja al caer de la mesa del banquete entreguista. Dos mundos que se armaron sobreviviendo la dictadura y tuvieron -todavía tienen en nuestros medios, por ej- todo su despliegue en la democracia condicionada que la siguió. Y el flaco que no se permitió nunca una respuesta boluda, nunca bajar el nivel de los que estábamos pendientes de lo suyo, ni al hacer un chiste.
En su libro" Galimberti. De Perón a Susana. De Montoneros a la CIA" Larraquy y Caballero cuentan una anécdota. En una reunión de JAEN, agrupación en que coexistían Galimberti y Grosso, se debatía el tema de las sustancias prohibidas y se decidió que los militantes no podían consumirlas. " Spinetta rompió ahí mismo con ese discurso. Se levantó, encendió un porro y se puso a fumar marihuana.
El responsable le ordenó que se fuera.
Spinetta no hizo caso. Se acercó a una ventana y se puso a mirar la ciudad. Alargaba cada pitada.
–Consumir drogas no es una actitud contestataria contra el sistema. Es una condición de debilidad frente al sistema –sentenció el responsable, irritado.
Spinetta no contestó. El ambiente se tensó. (...)
–Será valioso, pero vos no tomás conciencia del riesgo que corremos si sigue con nosotros. Un tipo que hoy fuma un porro, mañana te vende por un porro. Propongo expulsarlo, compañeros.
Spinetta ya se había ido.”
No importa del todo si fue exactamente así o parecido. El caso es que cada uno de ellos tuvo su lugar en el desarrollo o la resistencia contra esos dos mundos donde la vida se degrada en algo innombrable y ya nada vale la pena. Menos que menos la poesía.
Y el Flaco, tan flaco y ahora tan inmaterial, siempre un frontón. Ese fue su lugar en el arte y en la relación con todos: nunca la boludez, nunca esa derrota.
Hemos tomado con mi hermano la costumbre de compartir algo que nos guste: una película, una obra de teatro, un recital. Fuimos hace un año a ver al flaco al Coliseo de Lomas. Unos 400/500 compartimos casi dos horas de su obra.
Feliz con algunas canciones, lejano de otras, me fui con una sensación: cada uno de los que estuvimos tuvo su propio recital, abrazó sus propios sueños.
Y fue como si el Flaco nos hubiera abrazado a todos.