jueves, 30 de junio de 2011

Esa noche, hace 37 años

Esa noche caminábamos por las calles de Once como en círculos. No había ómnibus y el rumor se extendía sin origen cierto.

Era domingo, fin de mes, vagábamos entre centenares de jóvenes solos, en pareja, en grupos. A todos nos retenía la misma duda.

De madrugada, con Graciela entramos al único hotel abierto, no sé si en Catamarca o La Rioja. No queríamos alejarnos del centro. Sabíamos que a lo sumo en horas habría que volver por ahí. Tampoco había a quién llamar: los teléfonos estaban tabicados y no íbamos a quemar el único disponible para comentar nuestra confusión.

Las habitaciones del hotel, al parecer todas iguales, se extendían a lo largo de un patio central. Por las inopinadas banderolas que coronaban cada puerta se filtraban los murmullos y hasta hubo quien se sumara desde su pieza a la conversación que sucedía en otra. En oleadas, el silencio dejaba su lugar a una catarata de comentarios que iban y venían sin destinatario preciso, chistidos de molestia, algún suspiro, una pausa y vuelta a empezar hasta que el rumor de las respiraciones y ronquidos convocó a los más remisos a dormir.

Se hubiera dicho que un mismo motivo nos juntaba en la noche en ese hotel. A todos

A la mañana siguiente, más bien tarde, volvimos a Rivadavia y los rumores.

Ya la radio había anunciado un paro cardíaco. Por una huelga de los gráficos no había diarios, así que tuvimos un recuerdo para Raimundo ¿Justo hoy?

No se qué hicimos Graciela, yo, los cientos que seguíamos dando vueltas, hasta que, horas más tarde, desde otra radio nos llegó una noticia que el día anterior ya no era tal: Perón había muerto.

Fue como si el tiempo se acelerara y a la vez todo se precipitaba sin orden fijo. Escuchamos que sus restos yacían en la quinta presidencial. De allí fueron llevados a la Catedral y, por fin sería expuesto en el Congreso, hasta el día 4 de julio.

En el medio, una lluvia persistente puso a prueba la constancia de cientos de miles de hombres y mujeres, jóvenes, viejos, muchos con su mejor ropa, otros con lo que vestían al momento que los alcanzó la noticia, todos resumidos en mi memoria en aquella fila interminable que recorríamos con Graciela y algún compañero una y otra vez. Y sobre todo en el llanto de aquel colimba de guardia que estalló al paso del féretro justo en el momento en que Kichul Bae, fotógrafo de GENTE unió su destino al suyo al retratarlo en lo que seguro fue una de sus fotos más famosas. Ambos, Kichul Bae y el tipo, que casi 40 años después supe que se llamaba Roberto Bassie.

Y la lluvia, la mano de Graciela que llevaba días en mi mano, la fila que no avanzaba nunca, los diálogos que nos iban acercando a tanta gente de tantos lugares, desconocidos en quienes veíamos reflejarse nuestras preocupaciones y zozobras: 1º de julio de 1974, murió el Viejo, todo se cierra y ahora -como le dicen años después a Belgrano en la película- todo sería cuesta abajo. Quedaban atrás el luche y vuelve, el 25 de mayo de la Plaza y en Devoto, el todo es posible, la marcha gloriosa a Ezeiza y la vuelta ensangrentada, las broncas, el póstumo 12 de junio. Fugaban a confundirse con la resistencia, la fusiladora, Blajakis y Coocke, el 17 de octubre, la voz de Evita, lo vivido y la leyenda. Hacia adelante todo era ir contra el tiempo: ya pintaban las 3A, el comando libertadores, los compañeros que caían, las elecciones que nunca llegarían, la brújula girando sin detenerse, el golpe, el genocidio, la vida en caída libre.

En meses, Graciela y yo estaríamos en cana y ya nada sería como antes, tampoco entre nosotros.

Trato de volver a ese primero de julio y vuelve esa sensación de estar fuera del tiempo. Y en algún momento, seguro el 2 de junio, el diario de Montoneros, “Noticias”, con su titular, “Dolor” y el texto de Walsh como siempre filoso: “El General Perón, figura central de la política argentina de los últimos treinta años, murió ayer a las 13,15 horas. En la conciencia de millones de hombres y mujeres, la noticia tardará en volverse tolerable. Más allá de la lucha política que lo envolvió, la Argentina llora a un líder excepcional.”

A 37 años de la muerte de Perón, a 66 del hecho fundacional con que el pueblo puso en marcha nuestro Movimiento, a pocos meses de la muerte de Néstor, nuestro gobierno, nuestro presente como país y como región, me dicen que la brújula de la historia volvió a girar. Y que en un proceso que otra vez nos junta y fortalece, el peronismo y nuestro pueblo –insisto- a más de medio siglo de aquel encuentro en la Plaza, tenemos la vitalidad de rehacernos. En medio de nuevos liderazgos y otras pérdidas podemos repensarnos e ir de nuevo por un mundo mejor, el que nos atrevimos a soñar aún en los días sin rumbo.

domingo, 26 de junio de 2011

Política y fútbol. ASCENSOS Y TRISTEZAS

Imagino a mis amigos hinchas de Belgrano, caminando aún por alguna calle de Córdoba rogando que este día no termine.
Pienso en mis amigos gallinas.Seguro que ir al descenso es doloroso.
Como es feliz para los piratas ascender a la A y para San Martín de San Juan ganar el de ida.
Y como en fútbol se gana o se pierde, los que merecen las atenciones son Belgrano y su ascenso, los sanjuaninos y su primer chico.
Hoy hubo elecciones limpias en dos provincias. En ambas resultó ampliamente convalidado el proyecto del gobierno nacional.
Ayer nomás, la presidenta anunció a su compañero de fórmula. La mayoría de los K nos sentimos expresados en su elección. Todos acordamos con los criterios que expresó. Lealtad, coraje para enfrentar a las corporaciones, decisión para implementar cambios necesarios.
Ayer también se confirmó que el crecimiento del product bruto en el primer cuatrimestre superó el 9%. Y que este año las retenciones a la exportación sojera alcanzarán los Us$8000 millones. Traducido; la producción aumenta a pesar y porque el Estado ejecuta para beneficio de toda la sociedad argentina 8000 millones de dólares que en otros gobiernos hubieran servido para serrucharle el piso, para mayor concentración de la economía o para acrecentar las fortunas argentinas que circulan por el exterior. Por si quedan dudas, la presidenta del Banco Central, Merdedes Marcó del Pont, dijo que las elecciones no tendrán el marco de de devaluación ni de inflación que muchas veces algún sector empresarial crea para presionar al gobierno triunfante. Y los datos anteriores más el carácter de la funcionaria reafirman sus dichos.
Así que sí, supongo que para mis amigos gallinas estos serán días de alegrías y tristezas, como lo fueron para mí los que siguieron al fatídico partido con que Argentinos nos mandó al descenso en 1981.
Lo que no me parece es que tanto el Fútbol para Todos como el Noticiero de canal 7 hayan instalado, abundado y recreado el dolor como eje de este domingo a punto de dedicarle -el noticiero- menos de un minuto a los comentarios de futbolistas y técnico de Belgrano y cero minuto a registrar la alegría pirata en Córdoba mientras el registro del llanto de jugadores, técnico e hinchas de River superó los diez minutos y los desmanes de los barras bravas ocuparon el mismo espacio que las elecciones de dos provincias.
Soy hincha de un club al que la dictadura le sacó su cancha para negociarla con un multinacional francesa. Sé que como volvimos en un año de la B a la A, movilizados en la calle en plena dictadura, volveremos a Boedo y ese es el único motivo válido que encuentro en lo futbolístico para movilizarnos.
Sé que lo mismo va a pasarle y River con la B y que será trabajo de sus seguidores averiguar quiénes lo fundieron y qué sucede con las estructuras de los clubes que no hay forma de detener desde la hinchada y los socios vaciamientos que son de conocimiento público.
No encuentro, sin embargo, explicación aceptable para los cien o doscientos tipos que causaron tanto robo y destrozo en la cancha de Ríver. Pero creo que darle tanta pantalla en la TV pública, tamizando todo por el dolor y la bronca no es un hecho secundario respecto a la masificación de esas conductas.
Fútbol es fútbol, algo maravilloso, que nos une a millones por encima de millones de diferencias. Celebremos el ascenso de Belgrano, acompañemos la tristeza de River, la alegría de San Martín o la preocupación de Gimnasia sin olvidar que estamos en un país que hace ocho años viene emergiendo del abismo y nada nos da derecho a empujarlo hacia atrás. Menos la B.

martes, 21 de junio de 2011

Cenizas del progresismo(*)

Dos frentes de centroderecha casi al cierre de las inscripciones. Al fin, tres. El panorama electoral muestra, entre otros rasgos de las crisis partidarias, un progresismo casi reducido a cenizas.

No las cenizas del Puyehue. Les falta sustancia para formar capas de medio metro, conformarse en nubes del tamaño de continentes, capaces de dar la vuelta al mundo. No pueden combinarse con el agua de lluvia en un casi cemento que desploma techos, obstruye caminos, impide a los animales acceder a su alimento. Son sólo cenizas: inertes, inútiles, pomposas al momento en que se levanta viento. Se hinchan y parecen mucho más de lo que realmente son. Cenizas, polvo e imagen engañosa.

Tras la pequeña fachada de Ricardo Alfonsín, todo es derecha. ¿De Narváez? Sí, con Sanz, Aguad, Morales, siguen las firmas. Ocaña acaba de sumarse de la mano de De Narváez.
LA UPD no necesita de la letra “C” para competir con aquel emprendimiento de Alsogaray que tanto aportó al desguace del país. Mientras nuestro gobierno y la mayor parte de los gobiernos de América Latina empujan hacia el nacionalismo, la reparación popular, la unidad sudamericana, la UCR emprende un camino inverso en el que los supuestos progresistas pasan de coexistir con la derecha interna a ofrecerse a cualquier derecha[i] que le sume algún voto y –sobre todo- algún aporte empresarial.

Binner, en tanto trata de cumplir la fácil tarea de correr por izquierda a la UPD mientras incluye a una vice que ya lo dejó atrás en todas las definiciones.
Morandini tiene el raro récord de haberse manifestado contra cada ley popular que discutió el Senado. Sólo la ley de medios no tuvo su voto negativo, porque estuvo ausente.
Tras un nombre y una sigla que rememoran otras gestas y leyendas a ambas márgenes del Río de la Plata, el FAP (Frente Amplio Progresista) tiene la rara virtud de haber capturado a sectores de larga militancia popular, diversos aunque unidos por un denominador común: quieren encontrar una vía para superar al peronismo y quedarse con la conducción del hasta ahora esquivo pueblo argentino. De Gennaro, Lozano y buena parte del sector alternativo de la CTA se codean con Patria Libre en esto de no caerse de un Frente que no promete darles más que los rechazos de Morandini.

Desplazado del FAP en la recta final de la interna, Pino Solanas, candidato por descarte a Jefe de gobierno en Ciudad de Buenos Aires, lanza su propio Frente, aún innominado. ¿Por qué llamarlo frente de centro derecha cuando sus integrantes son Sur, el socialismo de Mazzitelli, el MST?
En primer lugar porque Pino y su aliados no se van del FAP por sus posiciones ni por la referente Morandini, sino porque se quedaron con ganas de tener más cargos.
En segundo lugar porque una política no se caracteriza por su declamación sino su acción y consecuencias: el innominado frente de Pino va a disputar la Ciudad de Bs. As. a sabiendas de que no puede ganar y que su única función sería jugar para la derecha en la contradicción principal: restarle votos al Frente para la Victoria para que no gane la jefatura.
Pero digamos algo más de Pino: iban a arreglar el problema del hambre, el ferroviario, el financiero, el agrario, el “de seguridad” en meses: ¿iban a pararle la mano a los especuladores, el empresariado subsidiario, las mafias policiales, la banca y la oligarquía cuando no pueden pararle la mano a una empleada de Magnetto?

Rápida semblanza de una lacra política argentina:
Néstor mandó a descolgar el cuadro; feneció el ALCA en un dibujo acordado con Fidel, en tándem con Chávez, Lula y Diego; salió del cepo del FMI, derogó obediencia debida y punto final
A partir de allí, un cierto desasosiego se extendió en el progresismo vernáculo, todos sus modos y discursos quedaron viejos.
El progresismo, esa franja política etérea, esa supuesta entidad bienpensante, prolija, con algo de la dignidad del pavo real y la inconstancia de quien igual quiere pertenecer: no ser expulsado del paraíso intelectual armonioso, delicado, tan tranquilizador como falso, que los dueños del poder en cada época habilitaron a quienes querían modernizar sus quehaceres públicos y republicanos sin tocar las bases de su poder. Ese lugar al que, de cuando en cuando, hasta le permitieron entrar a alguno que, desde lo individual, se permitió cuestionar al poder pero que también cuestionó con el mismo vigor a quienes se le oponían. Críticos de almas equidistantes, capaces de absolver al poderoso con el recurso de mostrar que sus lacras también están en el oprimido

Hace unos días. El Roto, humorista español, publicaba una viñeta: “los jóvenes salieron a la calle y súbitamente todos los partidos envejecieron”
Poco después Barone lo retomaba en 6-7-8: “Kirchner baja los cuadros y todos los partidos envejecen”, acierta.
Algunos partidos y políticos ya se sabían viejos, los progresistas no.
Creyeron que el 2001 había marcado su hora, vieron al kirchnerismo como un accidente pasajero, una anomalía. Moraron a su sombra, a la espera de su ocaso, mientras crecían en la crítica: malos modales, demasiado peronismo. Encima el PJ, la CGT. Y esos amigos: Chávez, Fidel.
Pero vino la rebelión sojera contra la 125 y el amo apuró los tiempos. Le bastó con adular al vacilante y mostrarle toda la fuerza al remiso: unos vieron rebelión en el lockout, otros vieron la voz de la tierra en la oligarquía, otros volvieron a viejas alianzas, las del 45, por “la institucionalidad en peligro”, la mayoría se sitió aliviada al apartarse de la crispación del gobierno y la vulgaridad de sus fieles.
Si las derechas partidarias comprendieron mucho antes de 2001 su papel subordinado a las corporaciones, el progresismo creyó que bastaba con adosarse a la Mesa de Enlace, al multimedios o a las oligarquías provinciales como tributo necesario para por fin acceder al gobierno. Ya vendría después el momento en que las cosas se ordenarían y dejarían de tener ese look Cardón, la retórica seminarista de Lilita, la brutalidad desembozada de Biolcatti, el lumpenaje de nuevos ricos de DeÁngelis u Olmedo.

Como Zapatero en España, el PS en Grecia, de tanto anticiparse al reclamo del capital concentrado terminan sobreactuando, despejan el camino a la derecha y encima pagan los costos.

El penúltimo tramo de la carrera electoral los encuentra desnudos de progresismo, ya entregados a las corporaciones y a los aún pocos empresarios que quieren volver a los días de la especulación, el desguace y la entrega. Los días de sueldos magros y trabajadores disciplinados. Ernestina tal vez quiere cosas más concretas: lavar lo de los pibes y no devolver Papel Prensa.
Es difícil vestir estas ambiciones con ropaje progre, por eso sus discursos suenan tan bizarros y sólo se aclaran cuando claudican por derecha. Pino con lo de la seguridad, Ricardito con la Ley de medios, todos tomando distancia de las Madres.
No es para festejarlo. El proceso popular necesita de crítica profunda, debate creativo, de muchas voluntades unidas para construir futuro en un mundo que se ensombrece. Hay mucho para cambiar y el tiempo apremia. En cambio, la estrategia de esta oposición es bajar el nivel de cualquier debate. Así tratan de salvar el abismo cronológico, histórico y de realizaciones que los separa del kirchnerismo.
Habrá que encontrar entonces el modo de debatir dentro del Kirchnerismo y convocar cada día más voluntades en el seno del pueblo para esas grandes realizaciones que pide nuestro futuro como Nación: Ferrocarriles, petróleo y empresas privatizadas, sistema financiero, propiedad de la tierra, un nuevo plan educativo, salud para todos. También cuestiones de soberanía y derechos que no puedan ser afectados por ningún gobierno por venir.
Los 4 años por venir dirán si somos capaces.

(*) Hoy Cristina anuncia que irá por un segundo mandato y todo lo que hace la oposición se desfleca y empalidece. Igual creo necesario publicar esto que escribí un rato antes.


[i] Aporte de Mario Toer en 6-7-8

Vamos por Cristina 2001-2015-!!!

"Siempre supe lo que iba a hacer"


BASTA DE BOLUDECES MEDIATICAS: ESTO ES LO QUE PACO URONDO HUBIERA LLAMADO LA REALIDAD, ESA VERDAD QUE VENIMOS CONTRUYENDO CON TODAS LA GANAS DESDE EL FONDO DE LA HISTORIA

Ver video del discurso en que anuncia que va a presentarse por la reelección


http://www.youtube.com/all_comments?v=kAOcmq2nQnE

viernes, 17 de junio de 2011

Los pibes apropiados, el análisis y la búsqueda

Por la mañana TN larga la bomba: Marcela y Felipe aceptan hacer el análisis de ADN y que se compare con todas las muestras del Banco Nacional de Datos Genéticos.
De inmediato surgen dudas, explicaciones, aceptaciones, rechazos. Todo es especulación. ¿Cuánta humanidad dolida se necesita para entender lo que encierran las miradas veladas Marcela y Felipe? ¿Quién puede estar tan enfermo, ser tan impune y tan poca cosa como para adentrarse en la lógica de la apropiadora?
Veo la foto de los tres juntos y me pregunto por cuánto tiempo se los verá así.
Vendrán otros días y con ellos los hechos. Aceptarán todo lo que impique el análisis o no. Se tratará de un quiebre, al fin, del muro afanosamente construido por la apropiadora durante décadas. O puede ser una maniobra para que la querella pierda la oportunidad de ir a la Corte. O un presión de los accionistas del multimedio, O.
Y al fin saldrá a luz la verdad.
O no, porque de treinta mil secuestrados por el Terrorismo de Estado hay trescientas muestras. O menos. Y aunque hubiera 29999, tal vez sean justo sus padres los que nunca fueron vistos por ningún sobreviviente, los que quedaron sin familias que los reclamen, perdidos sus cuerpos en algún lugar que aún no alcanzamos. Y si no está su ADN: nada.
El futuro de la Causa es tan dudoso como lo que paso con los verdaderos padres.
Pero algo hay seguro: sea cual sea el resultado final los apropiadores nos deben algo más que los pibes. Tanto me pesa que no puedo enunciarlo más que como preguntas. Tampoco pretendo agotarlas. Cada quien puede agregar la suya:
  • ¿Cuánto pierde en diez a quince años una persona -Felipe, Marcela- que no conoce su verdadera identidad? ¿Cuánto desconocimiento debe tener uno sobre el origen de uno mismo para que su identidad casi no sea?
  • ¿Cuánto tiene que forzar su salud mental una persona –Felipe, Marcela- para seguir queriendo a quien la robó? ¿Cuánto para soportar que el robo no sea aclarado aún después que toda una sociedad lo confirme como convicción?
  • ¿Cuánto tiene que forzar su salud mental una persona para seguir queriendo a quién la robó después de enterarse que también robó empresas? Usando las peores herramientas: tortura, secuestro, extorsión, connivencia con los genocidas.
  • ¿Cuántas abuelas y madres murieron sin saber si uno de estos pibes era el que buscaban? ¿Cómo medir lo que perdió cada una, lo que perdieron las sobrevivientes, lo que perdimos todos en esta espera interminable? Un solo minuto de sufrimiento de Estela, de Hebe: ¿cómo hacer justicia con quien lo causó?
  • ¿Cuánta impunidad transmitieron a cada persona de nuestra sociedad estos diez a quince años que la Sra. Herrera ganó con chicanas? ¿En cuánto se reduce la seguridad y la pertenencia de cada persona a su sociedad cuando descubre que hay gente tan poderosa para la cual no hay ni ley ni regla?
  • ¿Cuánto aporta esto a recrear anomia en nuestra sociedad? M refiero a esa sensación que se extiende acerca de que mal o bien no existirían. Serían sólo medidas de la capacidad de cada uno para evitar castigo.
  • ¿Cuántas mujeres -cuyos pibes arrebatados, robados o entregados por ellas mismas en la debilidad de ser joven o no tener para darles de comer- padecieron cuánto estos 10/15 años de negación pública de la identidad de los pibes? ¿Cuántas pensaron que Marcela o Felipe podían ser ese pibe que casi no vieron y sin embargo se les sigue apareciendo cada día sin aviso previo?
  • ¿Cuánto han perdido como personas los tipos que desde espacios de poder, desde espacios de difusión, desinformaron, justificaron, defendieron lo indefendible durante décadas, aportando a la construcción de esta gigantesca farsa?
No conozco todas las respuestas, pero sé cuanto nos seguiría costando si cedemos, si dejamos de reclamar por la identidad de los pibes. .Un pueblo no pude salir de un genocidio sin memoria, a menos que acepte dejar de ser, perder su identidad.
Hoy, Edgardo Forn, en su relato sobre Alberto Méndez, alguien que “se asomó a ver qué pasaba” y quiso difundir lo que encerraban las atrocidades del franquismo, remata su artículo [1] con un verso de León Gieco: “todo está escondido en la memoria”.
Alivia ver que el texto varía de estrofa en estrofa y que, antes de llegar al esconder, León nos dice: “todo está guardado en la memoria” o “todo está clavado en la memoria”.
No es función de la memoria ocultar: está para guardar, conservar. Y si alguna vez oculta es para preservar, pero lo oculto vendrá.
Hay la memoria del otro, lo siniestro, que oculta de otro modo: redice lo que no fue. Pero aquí y allá se le nota lo bizarro, como a los viejos relatos de escuela, como a las leyendas que se construyen para explicar la propiedad latifundista o Papel Prensa. Pero cuando alguna fuerza –interna o externa- trata de sepultar lo que pasó, tarde o temprano “la memoria estalla hasta vencer a los pueblos que la aplastan y que no la dejan ser libre como el viento”.
Podemos mirar las últimas décadas como una prueba del poder mediático y su impunidad.
En cambio podemos y lo prefiero, reconocer en estos hechos la labor de los miles y miles de argentinos que día a día se asoman, como Hebe, como Estela, a ver y decir qué pasó con el genocidio, y a conquistar verdad y justicia.
Y seguir haciéndolo, porque depende de ello la salud del país, la salud de los nuestros y de los que vendrán.
Así que #devuelvanalospibes [2]
Mario Burgos

[1]Lo escondido en la memoria”, por Juan Forn, Pagina 12, 17 de junio de 2011
[2]Tema del momento” que resultó Nº 1 A NIVEL MUNDIAL en Twitter el 16-06-2011

viernes, 10 de junio de 2011

El ACUARIUS: De satélites, recuerdos y esperanza

11:20, a casa por la Ricchieri, anuncian en radio que está despegando el satélite argentino SAC-D/Aquarius. Víctor Hugo suena emocionado, Paenza entra en línea, explica un poco y también es todo emoción.
Paro un rato al costado de la ruta y bajo. Hay pasto, árboles, horizonte. Como cada día, recuerdo al pueblo donde crecí.
Aquella tarde, mi viejo llevó tres sillas al fondo. No eran días de golpe, así que la ruta se veía bastante desierta. Faltaba la caravana de camiones verdes que cada tanto nos avisaba que había que comprar harina, fideos, azúcar y habilitar algún colchón para acercarlo a la comisaría, donde lo necesitaría algún vecino, casi siempre peronista, a veces radical, detenido "en prevención".
Sobre una banqueta, mate, yerbera, alguna galleta y el diario.
Ese octubre vino con buen tiempo, así que podíamos quedarnos junto a la huerta sin preocuparnos por el rocío.
Cada tanto, mi viejo iba hacia la casa para calentar un poco de agua. Casi al oscurecer mi vieja fue a preparar algunas cosas para la cena, pero volvió rápido, "no fuera cosa...".
Ya de noche, con un cielo oscuro pero estrellado, como sólo puede verse en Torres, una pequeña estrella apareció desplazándose entre otras. Recuerdo que nos tomamos las manos por un segundo. Estábamos viendo por primera vez en nuestras vidas al Sputnik.
No había ruido de avión, todo era silencio.  Para más seguridad: mi viejo esperaba el paso del satélite desde que lo anunciaran ese mismo día, por la radio.
Mi viejo no era científico, ni escribía ciencia ficción. Su sexto grado le dio para trabajar como pintor en los talleres de la Shell, cerca de Chacarita. De ese empleo se llevó tres cosas: el hígado arruinado para siempre por las pinturas a duco; la indemnización en bonos del empréstito "9 de julio", cartones que de tiempo en tiempo extendía sobre la mesa de la cocina, como tratando de entender. Y un gran orgullo por todo lo que los trabajadores podían hacer, desde los camiones que él pintaba hasta ese satélite.
Yo tenía siete años, ya leía Misterix y sabia, porque era su hijo, que la tierra es redonda, que el sol nunca desaparece sino que queda al otro lado y allí hay chinos, que algún día viajaremos fuera del planeta y alrededor, como Laica.
Después de aquel vinieron otros días de sillas al fondo, mate con galletitas y esperar la luz allá arriba. Por la ruta pasaron más caravanas verdes. Y hubo otros vecinos esperando por un colchón en la comisaría. Mis años de primaria, de juntarnos a leer El eternauta en el galpón, se dieron paso al ómnibus hacia la Normal. Un día tomé el tren como tantas veces lo había hecho para ver a mi hermano. Pero esa vez creía que me iba para siempre: si alguna vez volvía sería físico. O al menos ya tendría empleo y mi carrera no sería una carga para los viejos.
Y hubo empleo, universidad, compañeros, otros sueños y una noche supe en otro diario que mataron al Che, tanta pérdida.
Un día volví a tomar un cinzano con los viejos amigos a los que les suavizaba cuentos de cárcel y me ayudaban a viajar fuera del pueblo a escondidas, mientras esperaba el fin de la última dictadura. Otro día me fui. Otro se fueron mis viejos, a un lugar más poblado, a morirse de no ver nunca más el horizonte.
Vuelvo por un rato a esa tarde. Oscurece cálida, en familia, esperando el milagro de una luz que se eleva entre otras y pasa sobre nosotros hasta que ya no se ve, porque sabemos, estamos seguros que no ha desaparecido: simplemente está del otro lado de la Tierra. Aquella Tierra que es casi la misma de hoy aunque yo no.
El satélite que esperaré esta noche no es ruso. Hoy hay pocas esperanzas cuando uno dirige el pensamiento hacia aquellas tierras. Somos nosotros, hoy, nosotros los argentinos, quienes hacemos satélites y esperanzas. "Hace 10 años lanzábamos piedras, hoy lanzamos cohetes al espacio", dijo hoy la presidenta.
Nosotros, todos los argentinos que creemos todo que es posible, fabricamos un satélite que, 700 Km allá arriba, medirá salinidad en los mares. Y en algún paraje despertará para siempre a algún pibe cuando vea su luz circulando por el cielo.

martes, 7 de junio de 2011

lunes, 6 de junio de 2011

Gelblung, Genocidio, tilinguería e impunidad

A 35 años de su colaboración con el último genocidio perpetrado en Argentina, Samuel Gelblung participó en la entrega 2011 de los premios “Martín fierro”.
Promediando la ceremonia se anuncia el premio a “Programa periodístico en radio” para “Hola chiche”, Radio Mitre. Una ovación, en la que participó buena parte de los presentes, acompañó a Gelblung a la recepción del premio. Ya en el escenario dijo: “El único compromiso es respetar la diversidad y las opiniones de todo el mundo”.
Una nube de desmemoria parece extenderse entre aquellos años de plomo y estos años de reparación, memoria y justicia, que aun no nos alcanzan a todos

Las “desapariciones”, su operatoria y sus ejecutores

Para “desaparecer” a una persona no alcanza con secuestrarla, sustraerla al contacto con los suyos, con cualquiera que no esté involucrado en el secuestro.
Es necesario también que se corten todos los lazos, materiales, simbólicos, cronológicos, que pueda haber tenido la víctima con el resto de las personas.
Ganar tiempo, para borrar huellas, para alterar la lógica de los sucesos, para “sembrar” falsos indicios, para producir rumores que confundan. Ganar tiempo es una de las condiciones clave en el acto de secuestrar a alguien para sustraerlo definitivamente del mundo de los mortales.
Seguramente el derecho diferencia responsabilidades entre quienes secuestraron, asesinaron o produjeron tareas de desinformación.

Lo que la justicia no puede obviar es que cada acción concurre a la producción de ese “desaparecido” y es indispensable para que el dispositivo general funcione y la persona nunca pueda ser encontrada viva. Quien distrae, desinforma a sabiendas del secuestro es partícipe necesario del delito de causar una desaparición forzada, es decir de un delito de lesa humanidad.
Una de las formas más eficaces de esta labor distractiva es dar por muerta a la persona secuestrada. En tiempos de terrorismo de Estado, persecución, genocidio, clandestinidad y difícil sobrevivencia, las pocas fuerzas con que contaba la precaria y dispersa resistencia, casi no alcanzaban para atender a lo vivos. Poco podía hacerse por los muertos, en todo caso el reclamo de familiares para recuperar un cuerpo, rescatar lo que se pudiera del ser querido.

La operación lograba en algunos casos su cometido. La búsqueda cesaba.

GENTE y una muerte que se anticipa 400 días
El secuestro de Norma Arrostito en 1976 fue un ejemplo de la operatoria descrita.
La parte “operativa” es cumplida, primero, por un grupo de tareas: secuestra a Norma y la lleva a la ESMA. Allí cumplen su parte oficiales de distinto rango al mando de Massera, quienes la someten a torturas y vejaciones durante más de un año, hasta que finalmente la asesinan.
La labor distractiva, de desinformación, la lleva a cabo otra persona y valiéndose de otro dispositivo.
El 9 de diciembre de 1976, a días del secuestro de Arrostito, la revista “GENTE”, publica la foto de Norma en su tapa, sobreponiéndole un sello: “MUERTA”. Debajo de la foto, a modo de “documento” cuasi oficial detalla: ”alias”, edad, estado civil, estatura, CI y LC.
¿Quién dirigía en esos días a la revista GENTE? Samuel Gelblung
Tal vez haya quien piense que 35 años pueden cambiar a muchos. Puede, pero Gelblung no está entre esos muchos.
En “Pájaro Rojo”, El blog de Juan Salinas, se lee un reportaje a Gelblung realizado en 1988[2]. Recorto:
Salinas: “Pero vos estabas en el bando de los desaparecedores ¿no? Fuiste jefe de redacción de Gente muy joven, a los 26 años. Precisamente desde el 24 de marzo de 1976, el día del golpe.”
Gelblung: "No me avergüenza nada de lo que hice. Nadie me obligó. Era una época en la que todos creíamos estar en guerra, nos habían vendido una guerra y todos la habíamos comprado. Había que estar en un bando o en el otro. Y yo elegí. Hicimos una opción y fue la misma que adoptaron Clarín y La Nación. Pero es más fácil meterse con Gente que con los grandes diarios. Te lo repito: nosotros no hicimos nada que ellos no hicieran."
Salinas
"¿No te hacés nin
guna autocrítica?"
Gelblung
: "No. Hicimos lo que pudimos. Y todo estuvo bien mientras mataban a
nuestros enemigos."(...)

Hay esperanza. Falta justicia
Al día siguiente de la entrega de premios, el Sindicato Argentino de Televisión, escrachó al Gelblung por negrero.
Es probable que la ovación, la lágrimas de algunos participantes, al momento de la entrega del Martín Fierro a Gelblung sea, antes que complicidad con el ¿cuasi? genocida, parte de la dinámica idiota y escapista con la que la
corporación televisiva trata de contrapesar las transformaciones que vive nuestro país en el sentido de la inclusión, la memoria, la justicia. Tilinguería contra reparación social.
Es probable, pero Gelblung tiene que ir de una vez por todas a la justicia. Y pagar



[1] (…) “el caso de la fraguada muerte de Norma Arrostito. La noticia se da a conocer en diciembre de 1976. Gente, instruida directamente por la ESMA, publica las fotos que le entregan los hombres de Massera y, en la tapa, exhibe una foto de Arrostito con un sello burocrático que dice “muerta”. (...) Lo cierto fue que Norma Arrostito, luego de ser vejada durante 410 días en el espacio concentracionario del almirante Massera, “fue asesinada con una inyección de pentotal el 15 de enero de 1978” (Gabriela Saidón, La montonera, biografía de Norma Arrostito, Sudamericana, Buenos Aires, 2005, texto al pie de la fotografía anterior a la p. 96). La orden de aplicar esa inyección final fue dada por el llamado Tigre Acosta. Pero Gente (y La Prensa y La Razón) da la noticia en diciembre de 1976, con más de un año de anterioridad.”(…) Lanusse contra la Junta Militar- Por José Pablo Feinmann- Página 12- 29 de marzo de 2009

[2] Se pude ver completo en: http://pajarosalinas.blogspot.com/2010/07/chiche-gelblung-estuvo-todo-bien.html

domingo, 5 de junio de 2011

Las Madres, su valor y Schoklender

A propósito de la situación creada por la salida de Sergio Schocklender de"Sueños compartidos"y la posterior separación de su hermano Pablo junto a otros 16 personas, anunciada este domingo por Hebe, se multiplican las adhesiones y ataques a Madres, en algunos casos desde sectores siempre enemigos, en otros, desde sectores y compañeros que cuestionan que las mismas hayan ampliado su acción inicial extendiéndola a la construcción de viviendas, entre otras.
Abordamos el artículo de
César Altamira “Schoklender, las Madres y el valor de cambio”(transcripto al final) ya que resulta ejempificador de otros abordajes que se definen defensores de los derechos humanos.
Leemos en el primer párrafo: El capital corrompe de por sí. Cuando la política se mercantiliza, cuando es colonizada por el capital, deja de ser tal
(…) Las luchas del ayer no pueden justificar las políticas corruptas del presente

De inmediato surgen las preguntas: ¿Qué corrupción? ¿la de Hebe? ¿La de las Madres? ¿La de Schocklender?

¿En qué paradigma de clase se instala esta condena pre-juicio y pre-prueba?¿Saltamos por sobre el burgués "se es inocente hasta que se muestre lo contrario" para instalarnos en el feudal "se es culpable según me parezca”?;

También: ¿Desde qué experiencia ideológica y/o técnica fundada en hechos históricos, se da por sentado que el hecho de que las madres decidan llevar adelante la parte que puedan de los sueños de nuestros compañeros caídos, sus hijos, necesariamente conduce a la mercantilización y la corrupción?

¿Así que a las organizaciones populares sólo les quedaría esperar que llegue el socialismo para poder gestionar producción? ¿Y dónde aprenderían a hacerlo? ¿En el estudio de algún teórico que mientras tanto decida cómo se hace sin ensuciarse?.

Creo que este artículo ensucia gratuitamente a las Madres, es propio de Perfil, lamentable en lo ideológico y en lo político y se arroga derechos que no tiene

"·El pañuelo no se mancha" dijimos el jueves cuando fuimos con las viejas, pero era un mensaje al enemigo. A las Madres, sobre el pañuelo no podemos decirles nada. lo inventaron, es suyo y se lo ganan desde hace décadas sin necesitar nuestra censura.

“El Capital corrompe por sí”., agrega el artículo ¿Es decir que es invencible? ¿Que no hay forma de sustraerse a su impronta?¿Que no hay fuerza capaz de contrarrestar su influencia? NO, no y no.
No es invencible. No todo cae bajo su influencia, es posible avanzar a configurar otra forma de relación, de relación con el mundo y con mis semejantes. ¿Cómo? Construyendo formas de organización, de pensamiento y de acción que confronten con las formas dominantes.

Tal vez las Madres no sean todo lo que se necesita, pero en Argentina, así como no puede pensarse en un movimiento político sin tener en cuenta el 25 de mayo, la guerra de la independencia, el 17 de octubre, el Cordobazo, el 2003, tampoco es posible pensar en contrahegemonía sin tener a las Madres como referencia.

Hay que vivir en un frasco para suponer la mercantilización de las Madres. Es más, hay que hurgar muy en el fondo de todas las instituciones de Argentina para pensar alguna -excepción hecha de abuelas- cuyo motor esté menos determinado por el mercado y más cargado por la resistencia popular en sus mejores planos ideológicos y políticos.
Por eso es que la consigna “hagamos realidad el sueño de nuestros hijos” prendió entre un grupo de mujeres en el momento en que la vida para muchos entra en una instancia de descanso y reflexión sobre lo vivido.

Es del cumplimiento de esa consigna, de su implementación, que salieron los planes de vivienda, la construcción de centros comunitarios y hospitales. No al revés. No es que se pusieron a discutir cómo hacer guita, sino que para encarar estas acciones tuvieron que gestionarla. Y la consiguieron porque hay un gobierno popular que prefiere orientar fondos para la gestión de organizaciones populares sustrayéndolos –en un porcentaje- al circuito de la corrupción, los materiales vencidos, las terminaciones berretas, el uso especulativo del capital. No es que “El capital coloniza” a las Madres. Es al revés: las madres están poniendo –a costa de sus vidas- su granito de arena para promover el bienestar de los pobres y a la vez sustraerse a las leyes de mercado. Puede ser que ocurran tropiezos,como podría serlo el de Schocklender. También que las Madres se logren proyectar más allá de su línea de vida, como lo demuestran los cascos amarillos que abundaron el jueves en la Plaza. ¿Acaso deberían dejar de soñar con esa trascendencia?
“El incremento del patrimonio de la Organización en tan corto tiempo nos arroja en otro terreno. La mercantilización exige dos lados: quien vende y quien compra. No hay responsabilidades esquivas”, dice Altamira.

Cierto, el incremento del patrimonio deviene del objetivo de producir más, es decir atender a más necesitado de vivienda. Y con ello seguramente se crean contradicciones en el terreno del control de gastos, la gestión laboral, la calificación del trabajo, la calidad de lo producido, etc. Al parecer César espera que todo esto lo haga mejor CaputoSA. O tal vez no, pero sí está seguro que ninguna organización popular lo hará bien y que todas se mercantilizarán, empezando, por supuesto por las Madres.

¿Entonces? Recreamos la pregunta: ¿Dejamos que una burocracia estatal deteriorada por décadas de desguace y menemismo y hoy aún en proceso de reforma lo haga sin control alguno? ¿Se lo damos a Caputo?¿O fortalecemos el ámbito de la gestión popular? Me quedo con esto último.
Reconozco que cuando se reciben planes sociales entregados por el gobierno entran en disputa zonas de dominación y de resistencia.” , agrega el artículo. Es probable que esto le pase a quien escribió la frase. Y lo comprendemos. Ahora bien ¿Desde qué plano en relación a la lucha de las madres puede alguien sentirse en mejores condiciones que ellas para resistir? Y si no le sucede ¿Por qué da por sentado que las madres cayeron del modo que La Nación y Clarín quieren mostrar y el autor del artículo afirma sin probar?
Me quedo con el consejo final del artículo, Deslindar es la palabra. Sí, yo me deslindo de todos quienes creen que pueden juzgar a las Madres, de todos quienes creen que pueden condenarlas por argumentos del oligopolio mediático. El pañuelo no se mancha, Porque la lucha de las Madres lo ha mantenido limpio.

Mario Burgos

Schoklender, las Madres y el valor de cambio. Por César Altamira en http://www.politicaycomun.com/2011/06/schoklender-las-madres-y-el-valor-de.html

El capital corrompe de por sí. Cuando la política se mercantiliza, cuando es colonizada por el capital, deja de ser tal y entramos en el terreno del puro capital, donde lo que reina es el valor de cambio. El affaire Schoklender trasciende a su actor directo y coloca en el escenario a la Organización Madres de Plaza de Mayo- Pastor de Bonafini- en particular. El incremento del patrimonio de la Organización en tan corto tiempo nos arroja en otro terreno. La mercantilización exige dos lados: quien vende y quien compra. No hay responsabilidades esquivas. Nuestra responsabilidad exige desmarcarse y denunciar esta politica, propia de todas aquellas oneges que, multiplicándose, lo que han hecho ha sido cristalizar la pobreza, más allá de satisfacer una demanda social, y congelarla en el tiempo. No parece que "Sueños compartidos" sea una organización social que dispute territorialidad promoviendo organización. No podemos aceptar la mercantilización del pañuelo. Reconozco que cuando se reciben planes sociales entregados por el gobierno entran en disputa zonas de dominación y de resistencia. En todo caso lo novedoso de estos días es la entrada en escena de una manera brutal del biocapitalismo: incorpora el control del capital sobre nuestra vida, aunque ya no la propia, sino aquella vinculada a la lucha de los derechos humanos. Es responsabilidad política del conjunto de los organismos de derechos humanos deslindar espacios. Las luchas del ayer no pueden justificar las políticas corruptas del presente.

jueves, 2 de junio de 2011

El pañuelo no se mancha

Hoy jueves 2 de junio, 15:30 en Plaza de Mayo, la Plaza de las Madres.


Todos con las madres, con las abuelas, con los hijos,

con los pibes que ya recuperamos, con los que vamos a recuperar,

aquellos que moran entre nosotros

borrados por apellidos genocidas, memorias de alambre y mentira.

Todos con sus madres, padres, tíos, amigos,

nuestras compañeras y compañeros caídos por luchar contra el genocidio

Todos con nuestro pueblo, que no alimenta las usinas de la derecha,

ni trata de lavar la sangre de las manos cómplices,

ni blanquea corruptos con el culpable "todos somos culpables".

Todos con las Madres

Porque los del pasado quieren volver, siempre quieren,

vienen a hurgar entre la carne desgajada,

entrre los vientres vaciados y

las cuencas sin mirada

que ellos hicieron, que forzaron,

que ocultaron sin poder derramar en el olvido,

Lo hicieron, no olvidamos,

con la complicidad de quienes hoy levantan el dedo

Es cierto, hoy levantan también el dedo quienes ayer no,

los que se sienten "más allá de los unos y los otros"

y no se resignan a estos tiempos de mezcla,

Los que al ver que le pueblo comienza a ocuparlo todo temen,

se sienten invadidos, pierden sus pedestales

y buscan resguardo en la ruin compañía

de aquellos que hicieron de una generación una ausencia

los que hoy buscan culpas, algo de qué acusar

entre quienes sólo supieron ser pacientes, memoriosas,

valientes, sanas, pacíficas, leales, Madres.

No vienen por la verdad sino por algo que justifique tanta muerte y tanta cobardía.

Vamos la la Plaza."Como siempre", nos diría Azucena, por la nuestra,

la de los más: verdad, memoria, justicia, el amor y la igualdad.

#elpañuelonosemancha