martes, 29 de junio de 2010

Argentina en el Mundial: Se juega como se vive III

De los ocho equipos que pasan a octavos, cuatro son sudamericanos: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Salen, de la América del UNASUR, del MERCOSUR.
Lejos del ajuste elegido como salida a la crisis mundial
Lejos de la desocupación y la eliminación de las conquistas sociales elegidas como estrategia para amortizar al capital especulativo y las multinacionales
Lejos el achicamiento productivo de los más pobres para sostener su demanda a los más desarrollados.
Lejos de una unión europea que es más bien cadena, en la que los países más chicos van a la rastra de la economía del euro fijada desde los países centrales.
Lejos de la usura de los países centrales que ofrecen presión y recetas monetaristas en lugar de ayuda, desnacionalización en lugar de integración con soberanía.
Lejos de los neosocialismos que cambiaron sus banderas de libertad, igualdad y fraternidad por la imposición, la exclusión, el egoísmo del sálvese quien pueda
Lejos del renacimiento conservador, de los triunfos electorales de las derechas, de un parlamentarismo continental y acuerdos entre jefes de Estado que no sostienen la ampliación de la democracia sino que actúan como mecanismo de decisión a espaldas de los pueblos.
Lejos del belicismo, de la exportación de la muerte y el colonialismo a todos los continentes, de los racismos, de la xenofobia.
Lejos de la decadencia moral y cultural de un Norte que a fuerza de empujar a la derrota a sus pueblos ya no alumbra la ilusión del progreso humano sino el desdén, el escepticismo y la parálisis..
Cuatro selecciones del Tercer Mundo, cinco si sumáramos a Ghana, están entre los ocho mejores equipos del juego de equipos más jugado en el mundo. Antes que por sus esquemas de juego, el tamaño de sus poblaciones, el nivel de vida, la proyección internacional o los sueldos de sus futbolistas, que son diferentes de país a país, estamos entre los ocho porque en nuestras sociedades renacen como valores masivos la utopía del emprendimiento colectivo, el reconocimiento del otro, el afecto, el apoyo al caído, la esperanza de triunfo.
Porque aún priorizamos la importancia del contenido por sobre la forma: Maradona tirándose al piso en un festejo o Tévez transparentando su bronca porque lo sacan de la cancha y pidiendo disculpas con la misma honestidad, no por miedo a represalias sino porque sabe que Diego es uno de los suyos y no esos técnicos que dejaron al ex jugador en el ropero para vestirse y actuar con la frialdad del empresario.
Porque aún creemos en nuestras fuerzas.
Porque sabemos que nuestros paìses nacen de heroicas gestas populares a pesar de haber crecido en medio del empobrecimiento, del arrasamiento y la desnacionalización de a manos de dictaduras genocidas, democracias pusilánimes y empresariados especuladores y entreguistas.
A pesar de las divisiones promovidas desde los países centrales durante siglos, con pueblos también dispersos por imperio de la indigencia y la necesidad de sobrevivir.
Porque son cuatro selecciones de un continente que en el nuevo siglo viene eligiendo un camino de inclusión, de desarrollo, de reparación de los daños infligidos a sus pueblos, a los postergados por siglos, de justicia y memoria, de solidaridad con el más débil, de resolución pacífica de las diferencias, .De presidentes que son parte de sus pueblos.
Se puede perder o ganar. Es fútbol. Alguien llegará más lejos, otros se deberán conformar con menos, ninguno de los equipos es perfecto como no lo son los jóvenes proyectos que cada país y el conjunto lleva adelante, pero ya dejamos una marca inolvidable. Nuestro equipo, en particular: ante la pijotería, el caraculismo y la falta de arte que ha invadido el fútbol que venden las cadenas de TV y las empresas-clubes, la selección fue a exaltar el juego como juego, el compañerismo, la audacia de poner tres delanteros.
Como al hablar de otras épocas míticas, los padres podrán decir a sus hijos, “hubo una vez que América del Sur puso la mitad de los equipos en los cuartos de final".
Me queda la esperanza que, a diferencia de otras épocas, la evocación del padre suceda en una América aún más justa, soberana y unida que la que hoy construimos.

lunes, 28 de junio de 2010

Ana Mohaded: La resistencia en los campos de concentración

Si hay sano orgullo es el que siento por haber sido compañero de Ana Mohaded. Ex secusetrada, torurada y cautiva en La Perla, Campo de la Ribera, la D2, la Cárcel de Córdoba y La Escuelita. Un reportaje que paradójicamente es un canto a la vida, la humanidad, el amor y la pasión que aloja la militancia. Un concepto indispensable: el de subversión total de las FFAA. Les pido que lo vean en http://www.facebook.com/video/video.php?v=120731721274442
TÍTULO: ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD A ANA MOHADED. GÉNERO: ENTREVISTA DURACIÓN: 0.15.00 AÑO Y LUGAR: CORDOBA, ARGENTINA, 2010 UNC – FAC. DERECHO Y CS SOCIALES- ECI-
“No tengo la menor idea de la temperatura ambiente que habrá habido, pero sí sé que sentí mucho frío ...". Así describe Ana Mohaded el 24 de marzo de 1976 cuando las Fuerzas Armadas dieron el golpe de Estado, derrocando el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón e instalando la dictadura militar más feroz que vivió la Argentina. Con una fuerza interior que conmueve, la docente universitaria relata los días previos a su secuestro y su paso por los distintos centros clandestinos de detención que funcionaron en Córdoba durante esos oscuros años. Liberada en 1982, la vida le dio la posibilidad en el 2008 de ser testigo en el juicio en el fue condenado a prisión perpetua Luciano Benjamín Menéndez, principal responsable de la tortura, desaparición y muerte de miles de personas en Córdoba y otras 10 provincias. Ana Mohaded cierra sus ojos y recuerda. Siente profundamente cada palabra y cada frase con la que elije contar su historia. Una historia que es, también, la historia de nuestro país. Una historia que aún lucha por salir a la superficie. Y que todavía espera Justicia.
ANA MOHADED. PRODUCCIÓN: ALEJANDRA GONZÁLEZ PAULA QUINTEROS GISELLA RODRÍGUEZ
ENTREVISTA: PAULA QUINTEROS CÁMARA: GISELLA RODRÍGUEZ
EDICIÓN: PAULA QUINTEROS
Duración:17:16

miércoles, 23 de junio de 2010

Argentina: estamos jugando como se vive

En estos días se le ocurrió a Simón, ex exquisito defensor, a propósito del juego de nuestra selección soltar la frase que usamos como título, con el agregado “pura alegría
La frase fue hoy tema de discusión en el programa 678, sobre todo después que uno de los invitados, el sociólogo Pablo Alabarces, opinó, invocando la sociología (¿?) que no se podrían hacer tales generalizaciones (puso como ej. “se juega como vive ¿quién? (…) ¿los porteños? (…) ¿los de River? ¿los de Vélez?¿los hombres? ¿la mujeres? ¿los…?”) ni traspolar lo deportivo a lo económico o a lo político o viceversa.
Dejo de lado esta última afirmación, no sin comentar que justamente eso es lo que hacen los sociólogos: de una serie de datos obtenidos casi siempre sin observación directa, sobre un aspecto de la vida de algunas personas de algunos grupos, derivan la posibilidad de sacar conclusiones sobre otros aspectos de la vida de otras personas de otos grupos.
Ruben Manusovich, hoy periodista, ayer jugador de san Lorenzo, no se metió con lo profesional, pero le respondió en lo básico “si se pudiera, paremos dos o tres meses para disfrutar de esto”.
El diálogo se fue derivando al festejo y Alabarces dejó su impronta aclarando que entendía haber sido convocado para una posición “algo más seria”, de lo que se deduciría que un abordaje profesional desmentiría la excelente frase de Simón. Pues bien, yo creo que un abordaje profesional la convalidaría en todos sus términos.
- Jugadores, clubes y pobreza.
El caso de fútbol argentino, incluso el latinoamericano, resulta algo menos difícil que lo que sugirió el Alabarces.
En primer lugar, si nos detenemos en la historia de Diego, Messí, Agüero, Román u Orteguita, por citar algunos, vemos que los profesionales del fútbol “salen” mayoritariamente de los sectores más pobres y marginados de la sociedad, con algunas excepciones de jugadores provenientes de sectores medios o medio bajos.
Luego el “cómo viven”, refiere fundamentalmente a las personas pertenecientes a estos sectores, el pobrerío, y no a toda la sociedad. Personas cuyo mayor logro de vida, la más de las veces, fue participar en el desarrollo de algún club cuya actividad principal resultó el fútbol, los pibes en el deporte como contraposición al temido los pibes en la calle, la prolijidad del club contrapuesta a la precariedad de sus hogares, etc.
Cuando Alabarces dice que “no me gusta conocer toda la vida de Maradona…” ya está manifestando una dificultad para comprender este aspecto: mientras un signo cultural de los sectores medios argentinos es la preservación de la privacidad (necesaria para escalar socialmente sin ser víctima de prejuicios y rechazos de poderosos) la vida de los pobres es colectiva por necesidad de sobrevivencia. Cuando un ex pobre de la magnitud de Maradona habla por los medios sigue esa tradición de compartir vida y ese es uno de los rasgos que le mantiene el reconocimiento mayoritario de los que fueron sus pares, le guste o no al sociólogo.
Pero como hablamos de Argentina podemos arriesgar un poco más y decir que estos sectores, los pobres, raramente han conocido en soledad un momento de bienestar que pueda traducirse en alegría, en afirmación personal, grupal, etc. En la mayoría de las ocasiones en que estos sectores han experimentado una mejoría de su situación de vida esta mejoría también se manifestó en los sectores medios cuando no en toda la sociedad.
Ello, la sociología puede verificarlo analizando nuestra historia, debido a que nunca hubo mejoras en la condición de vida de los pobres se produjeron sin una redistribución de la riqueza forzada desde una posición de fuerza ventajosa. Nunca los pobres vieron mejorar su vida sin la concurrencia de un proceso político que al unir diferentes intereses de sector permitiera potenciar las fuerzas de cada uno y obligar a los dueños de la riqueza a ceder parte de la misma en beneficio de las mayorías, se llame este proceso irigoyenismo, peronismo o kirchnerismo.
Siguiendo con las disquisiciones de Alabarces, separar mujeres y hombres, jóvenes y adultos, etc., serviría para un análisis diferente al requerido en esta ocasión.
Podemos considerar que todo retroceso en la condiciones de vida de un sector tiende a cargarse con más peso en sus integrantes más débiles. No necesariamente se podría afirmar de manera automática la regla inversa, es decir que cuando las cosas mejoran estos sectores automáticamente se verían beneficiados. Pero otra vez vale la pena recordar que vivimos en Argentina y que los movimientos mencionados han hecho una tradición de este efecto solidario. Por lo tanto podemos decir sin equivocarnos que una mejora global en las condiciones de vida de los más postergados va a ser disfrutada, bien que con diferencias relativas, por la hombres, mujeres, población GTLB, viejos, jóvenes, chicos, gentes de la Capital, de las provincias, etc..
Ahora bien La frase era “en Argentina estamos jugando como se vive: pura alegría”
¿Por qué una alegría colectiva se tendría que expresar en el ejercicio de un deporte, digamos el fútbol?
En primer lugar, porque el fútbol para prosperar requiere de una práctica grupal y masiva, capaz de sobreponerse ala ruptura de lazos sociales, barriales, etáreos, familiares, etc., etc. Es decir, que se generen y multipliquen en todas partes grupos que compartan el ejercicio del deporte. Y que el placer y la manifestación lúdica y hasta artística individuales y colectivos que están implicados en su práctica no se vean postergados ni desplazados por situaciones de fractura de ningún tipo. Sólo así es posible pensar en el escalón siguiente, que algunos de entre estos cientos de miles de cultores del fútbol que vayan mostrando habilidades sobresalientes y encuentren espacios institucionales en que puedan encarar su práctica como una salida profesional.
Pero, aquí sí tenemos una complicación, se trata de un deporte, un conjunto de habilidades condicionadas por cuestiones subjetivas como la voluntad, la capacidad de disfrutar, la seguridad personal, el sentido de pertenencia a un colectivo, la complementariedad entre el interés personal y el beneficio del conjunto, entre otras. Estos aspectos subjetivos, si bien se manifiestan en cada jugador de manera particular, sólo pueden explicarse en este deporte masivo como parte de una construcción colectiva, En el caso de Argentina, además, esta práctica colectiva ha trascendido el mero deporte para reconocerse como una marca cultural, una parte de la identidad en la que nos reconocemos cuando decimos “argentino” o “argentina”. Incluso es así en quienes no se reconocen como partícipes de esta cultura.
- Identidad deportiva e identidad social
Entonces, en lo que hace a la identidad nacional que se manifiesta en nuestros jugadores, no basta con buena técnica y condición física para que se produzca un buen rendimiento. Es necesario que se den determinadas condiciones en los colectivos de los que nuestros jugadores provienen y de los que adquieren su identidad.
Veamos el aspecto más general: la actitud que sobresale en el jugador argentino, el considerar siempre la victoria como objetivo, suponer que se puede ser ganador en cualquier terreno, no es algo que se consiga en el vestuario o en los entrenamientos. Si esto pudiera lograrse, se verificaría como identidad de jugadores de países en los que la bonanza económica permite aplicar todas las técnicas, ciencias y estímulos a la atención y preparación de jugadores equipos. Pero no sucede así. El carácter que se le reconoce al jugador argentino no se explicaría si surgiera de en un pueblo instalado en la derrota, o un pueblo que haya perdido su condición de lucha, olvidado del valor de sus conquistas, por mínimas que resulten. El estilo elegante, hasta preciosista, a pesar de las eternas presiones del negocio fútbol, tampoco se podría explicar en lo meramente individual, prescindiendo del disfrute estético que multitudes en nuestro país esperan de un partido de fútbol.
- Los equipos latinoamericanos: emergentes del Mundial
Luego, sin desmerecer otras formas de jugar fútbol, de todos modos se puede concluir que habitualmente hubo una congruencia entre el modo de juego de nuestras selecciones y el modo de vida de nuestra gente. Y en esto incluyo los jugadores que llevaron los reclamos gremiales a otros países en la época de las luchas por la profesionalización.
Ahora bien, ¿vale para otros? El ´78 se podría erigir como negación de la afirmación anterior, pero Diego, sin haber jugado en aquella selección es otra vez un ejemplo a tener en cuenta. Si algo ha signado su vida, su forma de ser y los símbolos en que se sostuvo Diego es el setentismo, el signo de la época en que creció él y sus contemporáneos. En ese sentido, creo que se puede decir que la selección del ´78 resultó una manifestación tardía de aquella pujanza social que el Terrorismo de Estado vino a aplastar en el ´76, así como la del 82 ya decantaba como decadencia de un equipo los ecos de la derrota popular y Malvinas.
Hoy, en cambio, con el resurgir de las esperanzas en nuestra gente, en la que reaparecen expectativas de futuro, con el signo reparador que se va proyectando a la vida social y política en nuestro país, con un ánimo colectivo en franca recuperación, como lo mostrara la conmemoración del bicentenario, uno puede animarse a decir que una parte de la alegría del juego de la selección expresa el ánimo de buena parte de nuestra sociedad. Haberlo percibido y haberlo transmitido a los jugadores es un mérito no menos de Diego.
Alabarces, mostrando conocimiento futbolero, recuerda que la proyección positiva que están teniendo los equipos americanos en este mundial tiene un antecedente en el 1986.
Y bien, los latinoamericanos aparecen como emergentes en los mundiales 1986, es decir en la vuelta a la democracia tras las dictaduras de los ´60/70 y ahora, es decir en la época del UNASUR, MERCOSUR, los proyectos latinoamericanistas, Chávez, Evo, Lula, Correa, siempre Fidel, los Kirchner, el Frente Amplio, el rescate de lo popular, la restitución de derechos y el logro de nuevas conquistas por los sectores más postergados, que son los que "producen" futbolistas. Se puede decir sin forzar conclusiones, que a mejor ánimo popular y mejor condición social, mejor actitud en los que de por sí saben jugar pero necesitan su plus de identidad nacional para hacer su historia.

lunes, 14 de junio de 2010

Muerto a laburar: el movimiento va construyendo su relato

Me lo envía un amigo y lo publico tal cual, con un poco de admiración por tamaña síntesis. M.B.


Muerto a laburar

¡Ay! Si volvieras acá

No podrías creer que pasó

Amapola del 66, por Divididos


Pareciera que la vida es en color y la muerte en blanco y negro. La muerte de un hombre público obliga a un balance y a un ejercicio de apropiación por parte de los vivos. Esto es así entre otras cosas, porque esa figura representa un nivel de acumulación simbólica que no puede ser obviada, es un capital, que para poder seguir siéndolo debe ingresar una y otra vez a la esfera de la producción simbólica, o por lo menos de la circulación. Ese capital necesariamente debe ser apropiado y usado por las fuerzas sociales en pugna, en determinado momento de las historia, de allí que los hombres públicos jamás podrán descansar en paz.

El proceso de apropiación es solo una parte de un proceso político y social mucho más complejo. Apropiación, síntesis de esa figura en función de la nueva disputa y devolución en términos simbólicos como validación de una política. En síntesis un ejercicio de construcción de hegemonía.

La figura del Che, desde La Higuerita hasta la hinchada del Nápoles pasando hoy por el salón de los patriotas latinoamericanos.

Algunos previendo su destino errante, y conscientes de la gimnasia política post mortem, le intentaron dar sentido al momento donde otros pusieran en su boca la política:

San Martin, legando el sable y e intentando dejar todo documentado en la correspondencia con su amigo Guido, aunque luego el hijo de Balcarce le entregara los papeles a Mitre para que este construya “la historia”.

Evita, “Volveré y seré millones”.

Perón, absolutamente consciente del antagonismo irreconciliable de las fuerzas que hasta hace poco había podido conducir, “Mi único heredero es el pueblo”. Con lo cual abriría un nuevo capítulo de ese gigantesco “I Ching” que logró construir, donde cada uno puede abrir un hexagrama y sentirse representado.

Alguien dirá a esta altura que le pasa al Flaco.

Pasa que un gobierno fruto del descalabro del liberalismo, que opera con una dura lógica sureña, profundamente economicista en su razonamiento inicial y falto de relato, ha dado una fenomenal muestra de construcción de capital simbólico, ha comenzado a tener anclaje histórico.

El bicentenario es el momento donde los patriotas latinoamericanos, desde Bolívar, San Martin y el Che se funden con Evita, Martí o el Gringo Tosco. Donde las Madres y las Abuelas y los Hijos se funden con los que dieron la vida en Malvinas en defensa de la soberanía. Donde Rosas, el de la Vuelta de Obligado, el heredero del sable corvo, pero también el de la mazorca, camina al lado de dos putos besándose.

Donde el producto de trabajadores argentinos hecho en una fabrica heredada por un traidor y un pelotudo, se muestra como un símbolo de lo que fuimos y aun podemos ser. Sacándole chispas a ese Siam Di Tella.

Donde el paso del Ejercito de los Andes frente a la Catedral logra rescatar al San Martin prisionero de Bergoglio para pasearlo frente a millones de argentinos en las calles, junto al cura Mugica y al Fray Luis Beltrán.

Donde la asignación universal por hijo es para los únicos privilegiados.

Donde el balcón tiene dueño.

Donde la recuperación de la TV Pública cobra el mismo sentido que el uso de la imprenta de los niños expósitos para imprimir la Gazeta, hace 200 años.

Donde todo esto es protagonizado por millones de argentinos en las calles participando de una fiesta.

En fin este pueblo y este gobierno, en este bicentenario hemos puesto a trabajar a nuestros muertos.

Hemos reconstruido una historia, transformado una historia de resistencia, parcial, disgregada y fragmentaria, en un relato coherente, en nuestro relato. Y la clave de este relato es que es multifacético, pero no esquizofrénico. Donde cada uno se siente representado en alguna parte, pero esa representación no puede negar el resto.

Decía al comienzo que pareciera que la vida es en color y la muerte en blanco y negro. Este pueblo ha logrado colorear la historia de nuestros próceres, de nuestros mártires, de nuestros muertos una vez más, para resolver los problemas del presente.

Estamos aprendiendo a:

No entregarle San Martin a los Mitres

No entregarle Perón a los Duhalde y a De Narvaez

No entregarle Bolívar al divisionismo

No entregarle Evita a las Chiche

No entregarle la industria nacional a los De Mendiguren

No entregarle los caudillos federales a cuatro sojeros provincianos

No entregarle los desaparecidos al sectarismo

No entregarle Rosas al fascismo criollo

No entregarle Moreno al progresismo impotente

No entregarle el peronismo al liberalismo

Entre otros bienes simbólicos

Un abrazo Alberto Gurruchaga

miércoles, 9 de junio de 2010

El Bicentenario 6- De vencedores y vencidos

Cada vez que un grupo de genocidas es puesto frente a los juicios de la verdad aparece la frase “no se ha visto en ningún país que los vencidos juzguen a los vencedores” Lo dijo Bussi, lo dijo Menéndez y volverá a escucharse con la misma sonoridad cascada, grandilocuente y cobarde en cada nuevo juicio.
El caso es que tienen razón, es lo único en que tienen razón, no se ha visto en ningún país.
En España el Juez Garzón es sancionado por hacer lo que debe hacer un juez, esto es juzgar criminales. Ningún gobierno, salvo los de países invadidos y derrotados, paga por las que iban a ser "guerras de baja intensidad" y aún siguen sumando millones de víctimas. Toda la gama de crímenes y aberraciones cobran cotidianeidad en Irak, en Palestina sin que ejecutores y jefes de los invasores estadounidenses y europeos enfrenten un tribunal.
En casi toda América es una de las materias pendientes: algunos países por la juventud de sus democracias, otros por la supervivencia del delicado equilibrio que permitió obtenerlas, el caso es que la memoria y la justicia aún no llegan para las víctimas de los terrorismos de Estado, el clamor por los Derechos Humanos aún no es mayoritario, los genocidas siguen sin pagar sus culpas, los aparatos de seguridad no se desmantelan de la cultura genocida.
Acá sí pasa, los cuadros se descuelgan, los bustos salen de donde nunca debieron estar, la ESMA se puebla de ex víctimas, de jóvenes que quieren saber. La Perla, la D2, otros Campos se convierten en Museos de la Memoria y lejos de resultar depósitos de objetos polvorientos, pasan a actuar como usinas de información, de búsqueda, de formación de las nuevas generaciones. Las policías no han dejado de ser reservorio de corrupción y gatillo fácil pero nunca como hoy se vio tanto uniformado juzgado y encarcelado por delitos relacionados.
Las madres, las abuelas, HIJOS e H.I.J.O.S. hace rato que trascendieron su tarea histórica y se instalan como focos hiperactivos de promoción de derechos. A tal punto que el innombrable abogado de la apropiadora de los pibes y de Papel Prensa, Ernestina Herrera, pudo decir sin ruborizarse que Estela Carlotto es hoy, que cuenta con el apoyo del gobierno, más poderosa que su defendida (SIC).
Interesada exageración, sin duda, pero refleja en su distorsión una realidad ineluctable, los Derechos Humanos forman, como dijera la presidenta, “parte del ADN de este gobierno”, emergieron del reclamo popular para convertirse en política de Estado y esto sin duda potencia todo movimiento en pos de la memoria, la justicia, la reparación y el castigo debidos.
Por eso, dicho sea de paso, pudo verse en los festejos del bicentenario algo tan sorprendente como la multitud que los protagonizó: uniformados aplaudidos por la gente. Porque va quedando claro para todos que el destino de cárcel es para los genocidas irreversible. Como dicen que dijo una alta funcionaria mientras los acompañaba al palco en pleno 25: “a Uds. los aplauden porque a los criminales los estamos juzgando y metiendo en cana.”
Encaminados los juicios insignia la movida sube un escalón con el encarcelamiento de Martínez de Hoz y la activación del juicio por apropiación a Herrera. Veintisiete años de democracia fueron necesarios para que la justicia alcance a los verdaderos jefes, quienes se enriquecieron con la dictadura, quienes la concibieron como instrumento de eliminación de conquistas históricas del pueblo, de reapropiación de riquezas que la lucha popular había convertido en propiedad pública, de desmantelamiento de todo espacio estatal que no le sirviera para reprimir y acumular para sí.
Algo de fondo está pasando y es en su queja cobarde y grandilocuente que los genocidas rozan esa realidad sin terminar de comprender.
Argentina tampoco es una excepción a su perversa y sangrienta regla: acá también los vencedores están llevando a juicio a los vencidos. Un gobierno popular, la mayoría del pueblo, los que nos sobrepusimos a tanta pérdida, tanta decepción, tanto dolor, los sobrevivientes, los que no olvidamos, los que recuperaron la memoria los que creyeron que era posible y no dejaron de luchar, los antiguos perdedores estamos mandando a juicio a los vencidos: los genocidas, los que mataron y destruyeron en pos de un país para pocos.
Y lo estamos haciendo con la honestidad, la perseverancia y la falta de perversión que suelen tener las gestas populares, con todas las garantías, con ajuste pleno a la Constitución.
En esta comprensión emerge el significado de fondo de la conmemoración del bicentenario. Si en el 2001 las mayorías se sobrepusieron al fantasma del Terrorismo de Estado, desde el 2003, un gobierno que no claudicó ni entregó sus banderas hizo posible que se vaya recuperando la confianza en la gesta colectiva, que el pueblo vaya dejando de ser “la gente” para volver a ser pueblo, el himno y la bandera recuperan su valor genuino, vuelve a resonar el ideal de construir una Nación para todos y esta vez en un marco americano que avanza en el mismo sentido.
No fue fácil ni lo será. Es mucho lo que nos han dividido, más lo que nos han quitado, muchos de nosotros han sido empujados a la marginalidad y aún no acceden a lo mínimo, es más aún lo que hay que construir.
Arrinconada en su cultura de rapiña la derecha no va a dejar de lanzar manotazos ni va a escatimar artimañas y agresiones con tal de no retroceder de sus privilegios. Pero sus objetivos, el tipo de país que pretenden ya no van a poder obtenerlo por la vía de consensos burocráticos, traiciones y engaños. Y la salida de fuerza tampoco se les aprece cercana en el horizonte.
Se podría decir que estamos iniciando más en el terreno de los hechos que en el de las ideas, el siglo de la inclusión, de la reparación popular, sobre las ruinas del genocidio y la exclusión.

domingo, 6 de junio de 2010

El bicentenario 5: ¿Y la oposición popular?

Seis millones de personas en las calles de Capital protagonizando el encuentro, la recuperación de íconos perdidos, haciendo suyos íconos demonizados por siglos, conmemorando como forma de celebración, instalando de este modo un hito histórico que será referencia, enriquecerá la memoria popular y sin duda sobrevivirá a todos quienes lo vivimos.
No me lo contaron, lo viví: correr junto a miles de diletantes que como yo habían salido a caminar un rato tras el recital de tango. ¿A dónde corríamos? Queríamos estar a tiempo junto a los cientos de miles que esperaron a las 0 del 25 para cantar juntos el himno. Lo viví con millones: el silencio triste, el llanto, la ovación, casi sin solución de continuidad en el desfile, ante en la representación de Malvinas o la de las madres. Las noches que se alargaban porque daba pena dejar la nueve de julio, tanto como abandonar le lecho tras una noche de amor interminable.
Ya todo está dicho o casi, sobre el bicentenario, uno diría que ya está. Dejarlo pasar a la historia y disfrutarlo en el vivir de cada uno, ya libre de nuevos análisis.
Sin embargo esto es Argentina y todos sabemos cómo cursa su historia, los pueblos se afirman y avanzan, la derecha se crispa, desata su agresividad y busca la confrontación. A protagonismo opone imposición y a reparación opone expropiación en un movimiento que se remonta al asesinato de Dorrego y se repitió por décadas hasta la última dictadura, el menemismo y ahora estamos desarticulando esperamos que para siempre.
Pero vale la pena recordar que nunca alcanzaron el poder económico, la agresividad, el apoyo externo que dispuso la derecha. Siempre fue necesaria la división popular para que la reacción triunfe.
Hoy hay sectores que se definen como populares y a la vez están enfrentados al gobierno. Ninguno de esos sectores ignora los objetivos de la derecha, ni su decisión de imponerlos cuanto antes. El caso es que sería un error que piensen que podrán enfrentar a la reacción con sus solas fuerzas, o suponer que el pueblo ya les reconoce liderazgo y va a buscar su conducción apenas se produzca lo que esperan: la defección del kirchnerismo.
Por eso no podemos obviar que la llamada oposición popular no estuvo este bicentenario. Me refiero a la ausencia oficial de la CTA, la ausencia de Proyecto Sur, de los socialismos no ligados al kirchnerismo, entre otros, ausencia que, paradójicamente, casi no se percibió. Quiero decir, fue una ausencia tan rotunda y tan a trasmano del quehacer de nuestro pueblo que es necesario estar en el espacio militante o en la profesión política para reparar en que estos sectores no fueron a los actos de la 9 de julio, no estuvieron y mucho menos convocaron a los mismos, ni siquiera usaron el la bala de plata de los recursos políticos, el apoyo crítico o simplemente el deslindar su oposición al gobierno de su participación en un acontecimiento que necesariamente le pertenece a todos los argentinos.
¿Dónde estuvieron esos cuatro días? ¿Suponen que van a llegar a alguna comunión con el pueblo autoexcluyéndose de su vida colectiva? ¿Creyeron que la celebración iba a ser un fiasco? ¿Tan ajenos al sentir popular están que no pueden prever lo que “la gente” va a hacer? ¿Creen que decir “hicimos” es lo mismo que decir “hicieron”? ¿Pueden todavía sentirse más a tono con los tiempos que el gobierno que a siete años de gestión tuvo los arrestos, la convicción y la capacidad de movilizar esta gesta popular?
Cuenta una leyenda que desde el lugar en que se realizaba una reunión de FORJA Jauretche llamó a Scalabrini Ortiz. Le informa que por la ventana ven pasar a multitudes, Que se dice que van a Plaza de Mayo por la libertad de Perón y el grupo no se pone de acuerdo en qué hacer al respecto. Scalabrini por toda respuesta habría preguntado ¿hacia dónde va la gente?
Hubo en aquellos tiempos quien no llamó a Scalabrini y terminó en la Unión Democrática y/o después en la Libertadora La promesa de una Argentina más desarrollada que Brasil con el envión de EEUU y el aporte de las “fuerzas vivas” podía obnubilar mentes y confundir principios, sobre todo entre aquellos sectores que prosperaron como empresarios durante el peronismo. Pero después de 55 años de fracaso liberal, desde aquel industrial monopólico de las primeras dictaduras al agro exportador excluyente que se fue conformando desde los ´76, el menemismo, la Mesa de Enlace, ¿quién puede engañarse de buena fe?
Pino, De Genaro, Lozano, por citar algunos, no tienen hoy a Scalabrini para saldar sus dudas. Pero tienen a 6 millones de personas entre quienes seguramente crecen los Scalabrini del futuro. Basta con mirar qué hacen, dirigir la mirada fuera del microclima hacia donde transcurre el verdadero discurrir de los trabajadores, del pueblo, de quienes nuevamente vuelven a arriesgar su esperanza por una Argentina mejor.

jueves, 3 de junio de 2010

Margarita Belén -12/12/76 - 13-12-2013: 37 años sin Ellos

Hace unos años escribí este texto que quiso acercarse al recuerdo de quienes vimos partir a los compañeros hacia una muerte segura.
Décadas después hubo juicios, condenas. Memoria, verdad, justicia. Poco cuando ya no podremos recuperar a nuestros compañeros, mucho para que no haya otro genocidio.
Tras el alzamiento de las gorras, con 13 muertos y a 37 años a la Masacre, siento la necesidad de recordar a estos 22 compañeros, su valor y su martirio. Si no hay juicio a los canas sediciosos no podemos garantizar que esto no se repita.

2010- Esta semana concluyó el jucio con condenas. Doce genocidas -diez ex militares y dos policías- fueron condenados a 25 y 15 años de prisión respectivamente. Reenvío este texto que alguna vez necesité escribir para contar el martirio de aquellos compañeros y darles m ihomenaje.


t;Escribì esto hace 6 años. hoy comienza el juicio y renuevo mi esperanza de justicia El domingo 12 de diciembre, en la U7, Cárcel de Villa Libertad, Resistencia, Chaco llaman para traslado a 7 militantes detenidos: Sala, Parodi Ocampo, Fransen, Duarte, Cuevas, Tierno y Barco.
En todos los pabellones comienza la discusión acerca de qué hacer.

Es domingo, llevamos varios meses de aislamiento, sin visitas ni otro contacto con el exterior, corren rumores sobre asesinatos contra otros compañeros detenidos. Todo confluye a pensar que la vida de los compañeros llamados a traslado está en peligro. También su identidad: algunos tienen la máxima responsabilidad en la conducción de Montoneros en la cárcel, varios están acusados del intento de copamiento del Regimiento 29 de Formosa, producido más de un año antes.
En nuestro pabellón convivíamos con Duarte y Fransen. Nos reunimos con Kunkel y un compañero del PRT para hablar sobre las alternativas que teníamos. Nadie quería que los compañeros salgan y la mayoría estaba dispuesta a resistir, al menos hasta el lunes, de modo de obtener alguna repercusión en Resistencia y -con la afluencia de familiares- lograr alguna cobertura para los compañeros. La idea era evitar que fueran trasladados en el mayor de los secretos y los milicos tuvieran todas las facilidades para torturarlos o asesinarlos.

Mientras, del otro lado de la reja, la presión aumentaba.
Algún oficial se acercó a avisar que si "el movimiento" no lo hacían ellos entraba la gendarmería a sangre y fuego. Un yuga pasa y comenta que "hay ejército en los patios de afuera" y que se ve a los milicos hostiles hasta contra ellos.
Nunca pude saber el tiempo que nos llevaron estas deliberaciones y cada vez que se menciona a Margarita Belén vuelvo a vivir esa desazón insoportable de tener la vida de varios compañeros en nuestras manos. Cualquiera que se hubiera cortado por la libre podía desatar una situación sin retorno. Pero todos aguantamos en la espera.

Estábamos convencidos que iban a asesinarlos. Militantes con los que nada quedó sin compartir, hasta su suerte, a pesar de estar en organizaciones diferentes. También estábamos convencidos que si decidíamos resistir, poníamos en juego la vida de los cientos de compañeros más que había en la cárcel. Sin embargo, todo nos empujaba a decidir que Fransen y el "carao" Duarte no salieran.
Al fin, comunicada nuestra indefinición a los delegados de otros pabellones, llegó un mensaje del pabellón en que Montoneros decidía (el "2", donde estaban Salas y Tierno, entre otros): "los compañeros salen". Y el Carao y Fransen comenzaron a abrazarnos a uno por uno sin vacilaciones, sin darnos tiempo casi a volver a discutir nada.
Lo demás, igual que siempre: la reja que se abre, dos compañeros que salen con sus pequeños bultos y los rumores de otras rejas y otros saludos que se cuelan por el pasillo. Y una vigilia que durará no más de un día. Ya el martes a la mañana, los mismos yugas nos van tirando trozos de lo sucedido según su versión: "dicen que se quisieron escapar, pero están todos con tiros en la nuca", "también había gente de Uds., de la alcaidía", "dicen que había mujeres". "nosotros con todo eso, nada que ver: los trasladaba el ejército".
Con el paso de los días íbamos a saber que los llevaron a la alcaidía y los torturó el ejército. Que de allí los sacaron y al llegar al paraje de Margarita Belén los bajaron de los camiones y los asesinaron. Que los 7 se habían convertido en 22 o más. Durante mucho tiempo convivimos con estos datos, que alimentaron por años la duda sobre lo que pudo pasar si no hubieran salido de nuestros pabellones.
Después, porque nuestro pueblo siempre construye un después, aunque se tarde, familiares, amigos, compañeros, HIJOS, el Equipo de Antropología Forense, ayudaron a que sepamos los nombres de 17, pero hay 5 compañeros de los que aún no conocemos su identidad.
Transcribo sus nombres, sus edades y me abruma comprobar su juventud y la mía. Yo, con 26 años, me sentía joven en aquel tiempo y era más viejo que la mayoría de estos compañeros, llenos de vida, capaces de cualquier logro con sólo proponérselo. Me alcanza con recordar el asombro de los yugas al vernos, antes del aislamiento, jugar al fútbol al rayo del sol en la insoportable siesta de una Resistencia con viento norte y más de cuarenta grados.

Pero su alegría, su inteligencia y la vida en sus cuerpos fueron alcanzados por un genocidio racional y determinado a eliminar todo vestigio de memoria y dirigencia, para que todo nos cueste más a los que nos queda el privilegio y la responsabilidad de estar vivos.
BARCO, Luis Angel
26 años
JUP
Saenz Peña, Chaco
CABRAL, Ema Beatriz
28años
JP
Santa Fé
CAIRE, Carlos Maria d
24 años
JP
Concordia- ER
CUEVAS, Mario
25 años
JP
Reconquista- Santa Fé
DIAZ, Luis Alberto
25 años
JTP
Mercedes- Corrientes
DUARTE, Carlos Alberto
24 años
JUP
Pto. Esperanza- Misiones
FRANSEN, Luis Arturo
22 años
JP
Posadas - Misiones
GONZALEZ, Delicia
23 años
Ligas Agr.
Goya - Corrientes
PARODI OCAMPO, Manuel
26 años
JP
Posadas - Misiones
PEREYRA, Julio Andrés
24 años
JP
Formosa
PIEROLA, Fernando Gabriel
25 años
JP
Parana - Entre Ríos
32 años
P. Auténtico
Quilmes,
TEREZECUK,Carlos
23 años
JUP
Posadas - Misiones
TIERNO, Patricio Blas
24 años
JUP
La Plata,
YEDRO, Roberto Horacio
28 años
JP
Corrientes
28 años
JP
Resistencia
ZAPATA SONEZ, Reynaldo
36 años
JP
Santa Fe
NN
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Con el paso de los años y el devenir de los reclamos, pudimos compartir la bronca contra la justicia sumisa de la postdictadura, que dejó libres a varios responsables comprobados: los oficiales Athos Renes, Rafael Sabol, Norberto Tozzo, Luis Alberto Pateta, Ernesto Simoni, Aldo Martínez Segón, Horacio Losito, Guillermo Reyes y Germán Riquelme .y Jorge Alcides Larrategui. Dos ex miembros de la patota de la Brigada de Investigaciones, Carlos Thomas y Wenceslao Ceniquel, quienes fueron vistos en el lugar del asesinato junto a los cuerpos apilados de los compañeros, recién asesinados. Y Brinzoni, Nicolaides, Serrano, Zucconi y otros jefes y ejecutores que se siguen escudando en las leyes de Alfonsín y el innombrable. Me asquea un poco incluir estos nombres junto al recuerdo de los compañeros. Pero habrá algo de esta mezcla obscena mientras que la memoria y la justicia no se impongan.
Lo demás es seguir militando, cada día, como ellos supieron hacerlo.
Mario Burgos
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